Indicadores de calidad educativa


¡BASTA, la violencia NO puede dominarnos!

Cada vez que leo sobre el proceso educativo en Guatemala y cada vez que asisto a una conferencia, el término calidad educativa es mencionado y nunca se explica el significado ni los conceptos detrás de ella. Hace unas semanas asistí­ a la presentación del «Informe de Seguimiento de la Educación para todos, llegar a los marginados», propiciado por la UNESCO. Presentaron una serie de estadí­sticas sobre el estado de la educación en Guatemala. ¡Qué pena! Demostró que el proceso educativo del paí­s necesita con urgencia, no sólo una reestructuración sino una transformación para hacer frente a los retos de la sociedad actual.

Raymond J. Wennier

Dentro de los «Objetivos del movimiento Educación para todos», citan los seis fundamentos para satisfacer las necesidades de aprendizaje de todos los niños y adultos para el año 2015, lapso que ha sido ampliado al 2,021. El sexto objetivo es «Mejorar la calidad de la educación». El propósito fue dar cuentas del estudio y hubiera sido excelente terminar hablando del significado de «calidad» educativa y cómo lograrla. Ken Robinson, Ph.D. en su libro «The Element», compara la idea de calidad educativa en este siglo, a un restaurante de «Fast food». Dice que para asegurar la calidad en el proceso, la calidad de la comida es garantizada, porque todo está estandarizado. La compañí­a especifica exactamente el menú en todos sus restaurantes, especifican qué condimentos y en qué cantidad deben estar en sus hamburguesas y «nuggets», etc. El aceite en el cual deben ser fritos, el pan exacto a usar, cómo deben hacer las papas fritas, qué debe incluirse en las bebidas y exactamente cómo deben ser servidas. La compañí­a especifica cómo debe estar decorado el lugar y qué ropa deben usar los empleados. Todo y cada factor de la cadena de restaurantes debe estar estandarizado. Uno de los problemas esenciales para la educación en la mayorí­a de paí­ses, es que se sujeta a las escuelas a este modelo de «fast food» para asegurar la «calidad» en la educación. ¿Será calidad? Noten que «calidad» se relaciona a la industria y al comercio para asegurar un producto de «calidad». Los niños no son productos, por eso yo uso la palabra excelencia en el proceso educativo.

El futuro de la educación no está en la estandarización, sino en la atención individualizada para cultivar a profundidad el dinamismo de las habilidades humanas de todo tipo. El modelo de «fast food» aplica a los estándares educativos, el currí­culo nacional base, la medición (dicen sistema evaluativo) y la metodologí­a en aula del Mineduc, es el proceso industrial del siglo pasado. El primer indicador de excelencia es la preparación y capacidad de los maestros para enseñar conocimientos con metodologí­as al dí­a, que tenga experiencia, estabilidad en su escuela, que sean maestros de tiempo completo, que participan en acciones de desarrollo docente continuo. Con acciones significativas, con impacto en la labor de enseñanza de los docentes que benefician en forma directa a los estudiantes.

El segundo indicador es el liderazgo en la escuela. El Director tiene que estar en contacto con los maestros en forma frecuente, constante y efectiva y con los miembros de la comunidad para conseguir apoyo comunitario. El tercer indicador se refiere a la disponibilidad de materiales y textos relevantes para los alumnos. Incluye suficientes aulas con diseño adecuado para aplicar la metodologí­a activa, interactiva, y participativa. ¿Cómo estamos en esto? El cuarto indicador es flexibilidad y autonomí­a en la toma de decisiones de los maestros acerca de cómo utilizar el tiempo y los recursos para mejorar el desempeño de los estudiantes. El quinto indicador es la utilización óptima del tiempo en la escuela. Trabajar 180 dí­as de clase con un horario más prolongado que el actual. El sexto indicador es mantener expectativas altas para los alumnos. La escuela tiene que tener metas claras de conducta académica y social. La dirección de la escuela tiene que monitorearlas en forma regular para ajustarlas durante su realización. El séptimo indicador es observar y escuchar si los maestros tienen una actitud positiva y confianza en su capacidad para trabajar con los alumnos. Los maestros han de colaborar entre ellos para planificar actividades. El octavo indicador es la utilización efectiva del tiempo en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El noveno indicador de excelencia es la variedad múltiple en el uso de estrategias de enseñanza para adaptarlas a las diferencias de los estudiantes y de los temas enseñados. Técnicas de enseñanza centradas en los alumnos. El décimo indicador es utilizar los deberes de preparación, de práctica, de extensión y de creatividad. El décimo primer indicador son múltiples formas de evaluación en contexto para los alumnos. La retroalimentación a los estudiantes es inmediata y permanente. El décimo segundo indicador es que los alumnos llegan a la escuela, saludables y con la disposición de aprender. La excelencia educativa es más complicada de lograr y evaluar de lo que muchas personas creen. Sin embargo, hay que hacer el esfuerzo para que el proceso educativo en Guatemala avance con excelencia.