Las fuerzas de seguridad recibieron orden de disparar a los revoltosos, al extenderse hoy la violencia sectaria por el norte de la India, pese al toque de queda tras los mortíferos enfrentamientos del fin de semana entre hindúes y musulmanes.
MUZAFFARNAGAR /Agencia AP
Disparos y enfrentamientos callejeros ocurrieron el sábado en las aldeas en torno a Muzaffarnagar, en el estado de Uttar Pradesh, en los que murieron por lo menos 31 personas y muchas más desaparecieron, afirmó la policía. Los soldados emplazados en la región recibieron órdenes de disparar a los revoltosos, dijo el funcionario estatal Kamal Saxena.
Para hoy por la mañana la policía había detenido a 90 personas. Sin embargo, la violencia se ha extendido al barrio vecino de Shamli y Meerut.
Centenares de personas, algunas de ellas en carretas, intentaron huir de las zonas en las que su comunidad es una minoría. Una familia que intentó abandonar la aldea de Kuttba fue golpeada con barras metálicas y palos al quedar sorprendida entre facciones que peleaban.
«Toda la aldea estaba muy tensa. Quería enviar a mi familia a un lugar seguro», expresó Munavar, de 24 años, y que usa solamente un nombre, mientras su esposa, su hija de 8 meses y una sobrina de 6 años ocupaban camas en un hospital, con la ropa ensangrentada y la cabeza vendada.
La violencia comenzó el sábado por la noche tras una reunión de miles de granjeros hindúes que pedían justicia por el asesinato del 27 de agosto de tres jóvenes de la aldea de Kawal que se opusieron cuando fue verbalmente amedrentada una mujer. Las autoridades dijeron que algunos agricultores hablaron mal de los musulmanes en esa reunión.
Los enfrentamientos con los musulmanes ocurrieron tras el encuentro, y muchos de ellos empuñaron armas, espadas, piedras y cuchillos, manifestó el mando policial Arun Kumar.
Un agricultor de 26 años, Anuvesh Baliyan, dijo que él y otros fueron atacados en la aldea de Purvalian cuando regresaban a casa en un tractor tras la reunión. Agregó que una turba armada de barras de hierro y espadas rodeó el tractor y comenzó a golpearles.
«Nos escondimos en un campo durante toda la noche hasta que llegaron los soldados al día siguiente», indicó en el hospital de Muzaffarnagar, donde fue atendido de lesiones causadas por una espada en su cabeza y una pierna.