India pidió hoy a Pakistán que les entregue a varios presuntos terroristas, entre ellos el responsable de un grupo islamista sospechoso de cometer los atentados de Bombay que provocaron 188 muertos, al tiempo que afirmó no planear una acción militar contra su vecino y rival.
India pidió formalmente «la detención y entrega de las personas instaladas en Pakistán y fugitivas de la justicia india», afirmó el ministro indio de Relaciones Exteriores, Pranab Mujerjee. «Quedamos a la espera de la respuesta de Pakistán», agregó.
Entre los sospechosos reclamados por Nueva Delhi figura Hafiz Sayeed, el jefe del grupo Lashkar-e-Taiba, basado en Pakistán, activo en Cachemira y sospechoso número uno de los sangrientos ataques de la semana pasada.
Los nombres proceden de una lista de sospechosos elaborada por las autoridades indias tras un atentado perpetrado en 2001 contra su Parlamento, que dejó 10 muertos.
La solicitud fue formulada por el embajador de India en Islamabad, Satyabrata Pal, en una reunión celebrada con responsables diplomáticos paquistaníes, según fuentes diplomáticas.
Pero el primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani, pidió a la India que presente pruebas de la implicación de paquistaníes en los ataques de Bombay.
«Nos han dado nombres de organizaciones (…) pero eso no constituye una prueba. Si nos dan prueban, nos comprometemos a aportar nuestra entera cooperación», declaró Gilani en una entrevista al canal de la televisión CNN.
El gabinete de seguridad indio, la más alta instancia de decisiones militares y diplomáticas, mantuvo hoy una reunión a raíz de los atentados de Bombay, al término de la cual Mujerjee afirmó que su país no planea una acción militar contra Pakistán.
«Nadie habla de una acción militar. El tiempo dirá lo que va a ocurrir», afirmó Mujerjee.
Poco después, su homólogo paquistaní, Shah Mehmood Qureshi, anunció que Pakistán había propuesto a India crear un equipo de investigación conjunto.
«El gobierno de Pakistán ha propuesto un mecanismo de investigación conjunta, estamos dispuestos a formar un equipo para ayudar en la investigación», declaró a la televisión nacional.
Islamabad «quiere ir hasta el fondo de las cosas» en esta investigación y está dispuesto a «cooperar lo mejor posible» con India, reiteró Qureshi, repitiendo las buenas intenciones expresadas en los últimos tres días por el presidente y el primer ministro paquistaníes.
Unos 10 hombres armados desembarcaron el pasado miércoles de un bote inflable en las playas de Bombay y desencadenaron una masacre con armas automáticas y granadas de mano durante unas 60 horas de ataque contra hoteles de lujo, la estación de trenes de Bombay, el centro cultural judío y un conocido restaurante, que dejaron al menos 188 muertos -22 de ellos extranjeros, incluida una mexicana- y 313 heridos, según un nuevo balance provisional.
CNN y otro canal de televisión estadounidense, ABC News, afirmaron que India había recibido advertencias en octubre pasado de parte de los servicios de inteligencia de Estados Unidos sobre un posible ataque terrorista «desde el mar contra hoteles y centros de negocios en Bombay», como ocurrió en los sangrientos ataques de la semana pasada.
Un responsable de la inteligencia norteamericana mencionó incluso el hotel Taj Mahal como uno de los objetivos específicos de los ataques, según ABC.
Según ABC, funcionarios de inteligencia de India habían interceptado el 18 de noviembre una llamada desde Pakistán a un teléfono satelital que usaba el líder del grupo islamista Lashkar-e-Taiba, revelando un posible ataque desde el mar.
India y Pakistán, «hermanos-enemigos», ya se han enfrentado en tres guerras desde su creación en 1947 tras el desmembramiento de la India británica.
Lashkar-e-Taiba, grupo islamista radical sospechoso de haber entrenado a los autores de los atentados de Bombay que dejaron al menos 188 muertos, reivindica la lucha contra la «ocupación» india en Cachemira y ha tenido vínculos con los servicios de inteligencia paquistaníes y con Al Qaeda.
Lashkar-e-Taiba, que significa «Ejército de los piadosos», está en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos, prohibido en Pakistán y también en el Reino Unido y en otros países occidentales.
Fundado en 1989 por el islamista radical paquistaní Hafiz Mohammad Saeed, de 62 años, que combatió brevemente en los años ochenta contra el Ejército soviético en Afganistán junto a los muyahidines, el Lashkar era considerado como el ala militar del centro islamista de beneficencia Markaz Dawa-wal Irshad, cuya sede está en Muridke, cerca de Lahore, en el este de Pakistán.
Saeed, de acuerdo con informes, recibió fondos de donantes sauditas y de los servicios de inteligencia paquistaníes, con los cuales adquirió tierras para instalar sus bases y campos de entrenamiento.
Saeed figura entre los sospechosos cuya extradición pidió ayer India a Pakistán, como sospechoso de los atentados de Bombay perpetrados por una decena de jóvenes que atacaron la estación de trenes, dos hoteles de lujo, un conocido restaurante y el centro cultural judío.
Un portavoz del Lashkar en Srinagar, capital de la Cachemira india, desmintió enérgicamente que esa organización estuviese involucrada en los atentados.
Cuando el Lashkar-e-Taiba fue acusado de cometer un ataque en diciembre de 2001 contra el Parlamento indio, en el que murieron 10 personas, India y Pakistán estuvieron al borde de su cuarta guerra.
El conflicto entre esas dos potencias nucleares fue evitado tras una intensa actividad diplomática internacional, liderada por Estados Unidos.
El grupo negó su implicación en esos ataques, pero las autoridades paquistaníes lo ilegalizaron en enero de 2002.
Su nombre reapareció a fines de ese año, luego de que Pakistán detuviera a un cercano lugarteniente del Osama Bin Laden, jefe de Al Qaeda.
Abu Zubaydah, palestino-jordano, fue detenido en la ciudad de Faisalabad, en el Punjab. Altos responsables indicaron por entonces que miembros de Lashkar-e-Taiba habían dado protección al fugitivo.
Este mismo grupo volvió a aparecer tras los atentados de Londres del 7 de julio de 2005, que dejaron 53 muertos. Se cree que dos de los cuatro suicidas, británicos de origen paquistaní, se reunieron con líderes de Al Qaeda durante un encuentro que facilitó Lashkar-e-Taiba.
Saeed aseguró haber abandonado el movimiento poco antes de su ilegalización en Pakistán.
Una portavoz de Saeed, Yahya Mujahid, dijo que la asociación benéfica islamista no tiene relación con el Lashkar-e-Taiba, que ahora está dirigido por Qari Abdul Wahid Kashmiri, que en algún momento fue miembro del partido religioso de Saeed.
Casi todos los grupos extremistas en Pakistán que tienen por blanco India nacieron durante la Guerra Fría.
La dictadura del islamista paquistaní Zia-ul-Haq, apoyada por Estados Unidos y Arabia Saudita, entrenó en escuelas religiosas a decenas de miles de jóvenes para combatir en Agfanistán contra la ocupación soviética (1979-1989).
Después de la retirada del Ejército Rojo, los ex combatientes tomaron caminos diversos. Pakistán envió a muchos a la dividida Cachemira, según responsables de seguridad, mientras otros se orientaron hacia la violencia sectaria.
La ofensiva militar india en la frontera con Pakistán tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos obligó a Pakistán a controlar a esos grupos y frenar la entrada de armas a la parte india de Cachemira.
Fuentes de seguridad indicaron que el apoyo de la inteligencia paquistaní del Lashkar-e-Taiba se redujo luego de un par de intentos de asesinato en 2004 del entonces presidente paquistaní Pervez Musharraf, y que prácticamente cesó tras los ataques de Londres.
Saeed, que estuvo en detención domiciliaria dos veces durante un año bajo el gobierno de Musharraf, siguió preconizando la Jihad (guerra santa) desde su centro de beneficencia islamista.
Actualmente en Pakistán, el grupo muestra bajo perfil y centra sus actividades en la Chachemira india.
Fuentes de seguridad paquistaníes insisten en que los tentáculos del grupo siguen estando bajo estricta vigilancia de los servicios de inteligencia para prevenir cualquier acto de sabotaje del proceso de paz con la India.