Confiscación de bienes, destitución de empleados públicos, períodos de prisión en la ciudad de Santiago de Guatemala, grilletes en manos y pies, acusaciones ante el Tribunal del Santo Oficio, prisión en Cádiz y en Ceuta, son castigos que soportaron los mártires y próceres que lucharon por la libertad. En algunos casos ya no les fue posible ver la luz del 15 de Septiembre de 1821, ya que murieron lejos de sus hogares y hubo quien llevó una vida de pobreza en lejanas tierras, y sin recibir medallas que el Ayuntamiento de Guatemala dio a quienes consideró que las merecían por sus luchas.
Aún estando Guatemala ocupada por un ejército invasor de México, en 1822, fue celebrada la fecha del 15 de Septiembre.
En Bolivia recién fue celebrado el segundo Centenario del inicio de la revolución por la emancipación, en 1809, pero en Guatemala unos meses antes se le iniciaba proceso en la Audiencia al periodista y poeta don Simón Bergaño y Villegas, por sus ideas avanzadas a favor de la libertad y exponiendo deficiencias en el gobierno español. La voz del poeta Villegas fue callada casi de inmediato y tratado de díscolo.
En todo el Reino de Guatemala hubo protestas y procesos hacia quienes exponían sus ideas. El Capitán General don José de Bustamante y Guerra persiguió con odio a los que se atrevían a hablar por la libertad, Bustamante fue un militar experimentado, que había ocupado cargos importantes en las colonias de la América del Sur y que estaba bien enterado de los pasos en pro de la independencia. Casi al mismo tiempo sufrió un largo proceso y cárcel, muriendo en La Habana don Mateo Antonio Marure.
En la Conspiración de Belén de 1813, en los movimientos revolucionarios de San Salvador en noviembre de 1811 y enero de 1814; en León, Intendencia de Nicaragua en 1811; en Granada 1812. Hubo necesidad por parte de las autoridades españoles de movilizar tropas para vencer a los que anhelaban la libertad.
Se ha dicho que la emancipación obedeció a causas externas e internas, y que son propias de un proceso que involucró a criollos y contados mestizos y muy pocos indígenas. Que en Centroamérica hubo fidelidad al monarca español, y que a la ciudad de Santiago le fue conferido el título de Muy Noble y muy Leal.
Sin embargo hubo naciones indígenas que siempre lucharon por mantener la libertad y no caer bajo el dominio del invasor, y que prefirieron casi extinguirse antes que ver su suelo profanado por los cascos extranjeros, así ocurrió con los lacandones, con los itzaes, manches y el poderoso grupo chol.
Quizá hace falta investigar más, sacar del olvido a millares de hombres que defendieron su tierra además de Tecún Umán, y otros que protestaron por el pago de tributos como sucedió en Totonicapán en 1820.