Incultura


Etal Guague Cuxlataj Rech Chiquzhuach Huinac E Ral Uleu Sach Elesac Chupam Rumal Chomabal Ajaup Ki Kat Tzij No. 1995

Mariano Rayo
Diputado Unionista

De las tantas cosas que nos caracterizan a los chapines, hay una que es irritante y odiosa: somos dados a criticar por criticar, sin más motivo que destruir lo que los otros construyen.

Traigo esto a colación por algunas crí­ticas leí­das acerca del nombre que ha recibido el nuevo paso a desnivel que pasa por debajo del bulevar «Justo Rufino Barrios», y conecta la 7ª avenida de la zona 9 con la 15 avenida de las zona 13. Perdón, me equivoqué al nombrar el bulevar con el nombre que le dio el presidente José Marí­a Reina Barrios, a finales del siglo XIX, hoy conocido por Bulevar Liberación.

Este paso a desnivel pasa por debajo de una obra plástica construida en el año de 1943, por el arquitecto guatemalteco Rafael Pérez de León, durante la administración del Intendente Municipal ingeniero Arturo Bickford. Su forma es neoclásica y destaca por tener 22 columnas que representan los 22 departamentos de la República. La belleza de sus formas, llevó a la afamada revista Life, a publicar una fotografí­a de la obra en el año de 1945.

Este templete neoclásico fue conocido inicialmente como «Monumento del Indio», pero hoy se lo conoce todaví­a por el nombre de «Monumento a la raza indí­gena». A la luz de la evolución de nuestra sociedad y del reconocimiento formal y legal de los derechos de los pueblos indí­genas, estos nombres, definitivamente ya no encajan en nuestra realidad. Pero en la inopia de los criticones, esto no merece un debate.

La razón para la construcción del monumento, es registrada por la historia, como un gesto de gratitud colectiva. Una gratitud que se remonta al 7 de mayo de 1934, fecha en que se promulga el Decreto número 1995, y mediante el cual se transforma significativamente el sistema laboral del paí­s desde los tiempos coloniales y cambió directamente la condición de los peones. Desde la Colonia, el trabajo en el área rural se habí­a basado en un sistema de peonaje por deuda, mediante el cual los indí­genas eran forzados a movilizarse en épocas de cultivo, teniendo que proporcionar mano de obra a cambio de casi nada, y generando un sistema de deudas hereditarias entre indí­genas.

La eliminación de esta forma de esclavitud laboral de los pueblos indí­genas, generó un movimiento indí­gena, muy tí­pico para la época, que se dedicó buscar el financiamiento entre los propios indí­genas, para financiar una obra que representara su gratitud por la promulgación del Decreto 1995. Por supuesto, este Decreto dio paso a la famosa «Ley contra la Vagancia», pero este es otro debate.

El Presidente de la República que promovió y sancionó el Decreto 1995 fue Jorge Ubico Castañeda.

Y esta es la razón del nombre al nuevo paso a desnivel. El reconocimiento al presidente Ubico que abolió el sistema de esclavitud laboral de los pueblos indí­genas, vigente desde la época colonial.

A propósito, el primer párrafo de este artí­culo se traduce: «Este monumento perpetúa la gratitud de la raza indí­gena liberada por el decreto legislativo número 1995».

La ignorancia no quita pecado.