Incremento de la seguridad


Editorial_LH

En los últimos días se ha notado una mayor actividad de criminales que tienen contactos en el sistema bancario que les informan cuando algún cliente ha realizado un retiro significativo de dinero. El Ministro de Gobernación dice que hay una banda que opera desde motocicletas para asaltar a los usuarios de los bancos y despojarlos de su dinero, situación que se dará con mayor frecuencia durante este mes por la cantidad de dinero en efectivo que fluye en la economía luego del pago del aguinaldo y por los gastos que generan las fiestas del fin de año.


Creemos que tanto las fuerzas de seguridad como los bancos del sistema tienen que realizar un incremento notable en sus medidas de seguridad y de protección de la clientela para impedir que el flujo de información ponga en la mira de los asaltantes a quienes tienen que realizar transacciones que significan el transporte de dinero en efectivo. Hay que hacer cualquier clase de esfuerzos por contener esa nueva ola de criminalidad que ya cobró vidas en estos días previos a las fiestas navideñas y dejó cauda de dolor y sufrimiento entre quienes fueron atacados demencialmente por esos criminales que no vacilan en soltar el poder de sus armas contra gente inocente que nada debe, que simplemente se está ganando la vida con su trabajo honrado.
 
 Los bancos son y deben ser siempre un instrumento de seguridad para el ciudadano que quiere disponer de su dinero sin riesgos. Se trata de que mantengan a buen recaudo los depósitos de la clientela, pero también de hacer esfuerzos por asegurar que entre sus empleados no existan soplones que comunican a los ladrones cuando alguien sale del banco con una fuerte cantidad de dinero. Cada institución bancaria tiene que tener sus propios mecanismos de control para impedir que sus clientes sean objeto de seguimiento criminal cuando realizan las necesarias transacciones para disponer de su dinero, ese mismo dinero que fue confiado a la institución que debe velar por la integridad de sus empleados.
 
 Y la fuerza pública tiene que cumplir con su deber de realizar vigilancia preventiva para impedir que ocurran estos hechos, al mismo tiempo que actuar con fuerza para investigar y localizar a los criminales que los cometen. No es posible que como ciudadanos nos tengamos que resignar a vivir bajo el terror que inmoviliza a la sociedad porque los delincuentes andan sueltos, sin temor a ley alguna porque saben que pueden actuar a sus anchas en medio de la indiferencia de un poder público que incumple su mandato constitucional de garantizar la seguridad de las personas.

Minutero:
En estos momentos, yo opino, 
que hay ya tanta corrupción 
que a nuestra pobre nación 
le urge un aire con remolino