Si bien el petróleo simbolizó el poderí­o de la industria y el desarrollo económico durante varias décadas atrás, en este momento el «oro negro» se enfrenta a la dinámica de los mercados que exigen eficiencia, bajos costos y limpieza.

El crudo está perdiendo terreno en el mercado guatemalteco. El paí­s redujo el consumo de derivados del petróleo entre el año pasado y los primeros diez meses del 2008.

La prueba más contundente se refleja en la compra del diesel, en tanto que porcentualmente se redujo la compra de este derivado en cerca de un millón 85 mil barriles.

De la misma forma disminuyó la compra de combustible búnker -útil para la generación de energí­a eléctrica- en 871 mil barriles y en las gasolinas premium y regular se dejaron de comprar 272 mil barriles.

Pero cómo se explica la reducción en el consumo energético de un paí­s, cuando las estimaciones de crecimiento macroeconómico todaví­a son positivas.

El analista Sergio ílvarez considera que el alza en el precio del crudo durante este año -hasta alcanzar US$147 por barril en julio- hizo reflexionar a la industria y el comercio nacional.

«Ahora ya no es suficiente con buscar las materias primas y mano de obra más baratas, la eficiencia energética forma parte fundamental de la competencia en los mercados.

ALTO COSTO

Por otro lado, las familias y los pequeños comercios se vieron obligados a reducir el promedio de su consumo, incluso de alimentos y los servicios básicos, señala ílvarez, puntualizando en el incremento del costo de la vida.

El analista considera que el incremento de los precios del petróleo fue fundamental para la reducción de consumo, sin embargo la eficiencia y los bajos costos son «el nuevo estandarte» de la economí­a a nivel global.

Los precios internacionales del crudo y los combustibles se redujeron considerablemente en los últimos meses y los precios nacionales siguen la tendencia pero a un paso más lento, no obstante el temor por una nueva alza en el crudo todaví­a está presente por lo que las alternativas energéticas aún están vigentes.

Dentro de la amplia gama de energí­as «limpias», la producción de energí­a fotovoltaica ha dado muestras de adecuarse a las necesidades de distintas poblaciones, como sucede en las comunidades Carchelá, Chitomaz y de El Palmar en Alta y Baja Verapaz.

Los paneles solares tienen un alto costo pero liberan buena parte de la dependencia de los combustibles, dijeron funcionarios del Ministerio de Energí­a y Minas, que promueve la diversificación de la matriz energética nacional.

VICIO

La ambientalista Magaly Rey-Rosa señala que a escala internacional, la búsqueda de energí­as limpias está creciendo, aún con la baja del petróleo hasta los US$49 o precios menores.

«El daño que generan los combustibles fósiles al medio ambiente son incalculables, de esa cuenta ya se observan algunos esfuerzos para reducir la dependencia del petróleo».

Pese a que las nuevas tecnologí­as amigables con el medio ambiente tienen un costo superior a las convencionales -de derivados del petróleo-, ya se vislumbra un fuerte interés a nivel internacional y algunos esfuerzos en el paí­s.

«El consumo de combustibles fósiles es un vicio de nuestra economí­a; tenemos que evitar esa dependencia que tanto mal le hace a nuestro entorno», puntualizó Rey-Rosa.