“Los bomberos municipales departamentales, serán la revolución del bomberismo guatemalteco”. Comandante Otto Denny Mazariegos.
En las afueras de San Miguel Petapa, al sur de la capital, en Villa Hermosa, una colonia que emergió tras el terremoto del 76, se levanta, imponente el nuevo y moderno edificio. En su fachada se lee: “Academia Nacional de Bomberos Municipales Departamentales”.
Hasta ahora los cuerpos de bomberos sólo contaban con un salón en donde llevaban a cabo su aprendizaje teórico/práctico. Esa etapa quedó ya en la historia. Los Bomberos Municipales Departamentales, construyeron con mil sacrificios y más de una deuda, la funcional academia para entrenamiento y reentrenamiento de su personal.
Cada vez que el comandante Otto Denny Mazariegos, habla de la academia, siento que sus palabras están cargadas de una profunda emoción y sentimientos, entre el ayer y el hoy. Para el comandante Carlos Ruiz Burgos, bombero de larga trayectoria, esta academia es el sueño, que tras años de luchas, sinsabores, malos momentos y falta de fondos, se convierte en el más sólido producto de los Bomberos Municipales Departamentales. Los dos comandantes muestran el trabajo. Un amplio salón para módulos de clase teóricas, campos de entrenamientos, torres para rapel. Capilla, foso de fuego, canchas para deporte y la habitabilidad para los alumnos.
La Academia tiene una ganancia colateral. Ha sido certificada como la tercera mejor de América Latina y la primera de América Central. Además de su valor directo, otorga a Guatemala un crédito internacional. A la inauguración han acudido bomberos veteranos, alcaldes, funcionarios de Estado, vecinos, sorprendidos periodistas, diputados. Pero ante todo orgullosos bomberos y bomberas. La demostración de la enorme capacidad adquirida por estos héroes silenciosos, quedó a la vista en el ejercicio final de la inauguración. Sofocamiento de incendios, rescate en vehículos accidentados, rescates aéreos, descenso en rapel y más.
Estos bomberos de la montaña, de la ruralidad, en donde hasta ahora, los aldeanos, los de allá, en los altos montes de la patria no contaban con una mano amiga, son sin lugar a dudas, los mejores de Guatemala. La academia que ahora han puesto en servicio, tiene un solo objetivo. Lograr que bomberos y bomberas, sean capaces de enfrentar, como lo han hecho en el trágico terremoto de San Marcos, cualquier emergencia, con conocimiento, actitud y servicio. La nueva academia, ha recibido ya comunicaciones de cuerpos de bomberos de la región y el sureste de México, para enviar a sus bomberos a entrenarse en Guatemala.
¡Ah!… se me olvidaba, también son EMBAJADORES DE LA PAZ.