
La Unión Europea inauguró el viernes en Finlandia la agencia encargada de controlar las sustancias químicas y de eliminar las más nocivas en el marco del nuevo reglamento comunitario que obliga a los industriales demostrar la seguridad de sus productos.
El inicio de la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA), coincide con la entrada en vigencia este viernes del nuevo reglamento europeo sobre productos químicos, adoptado el año pasado por la UE después de tres años de enconadas controversias y de intensas presiones de la industria química.
El reglamento REACH (siglas en inglés de Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas) debe registrar de aquí a 2018 unas 30.000 sustancias fabricadas o importadas en la UE en cantidades de más de una tonelada por año, con el objetivo de eliminar las más peligrosas.
«La puesta en marcha del reglamento ’REACH’ será una operación difícil por la importancia y el número de decisiones que deberán tomar la Comisión Europea y la agencia en un lapso de tiempo muy corto», advirtió el viernes el vicepresidente de la Comisión europea Gunter Verheugen, al inaugurar la sede de la ECHA en Helsinki.
«Hacer del reglamento REACH una realidad dependerá en gran parte de la calidad y de la eficacia del trabajo de la agencia», añadió.
La principal novedad de este texto es que de ahora en adelante los industriales deberán probar que los productos son seguros.
Las moléculas químicas están presentes en toda nuestra vida cotidiana (textiles, productos de aseo, revestimientos, electrodomésticos, juguetes), pero se conoce muy poco sobre su papel en el aumento de las alergias, el cáncer o la infertilidad.
De unas 100.000 sustancias comercializadas en la UE, sólo aquellas que están en el mercado desde 1981, apenas 3.000, han sido estudiadas.
Considerada poco atractiva para los funcionarios europeos, tanto por su misión como por su ubicación en el extremo norte, la agencia debe reclutar unos 150 científicos, técnicos y administrativos.
Plenamente operacional dentro de un año, para acoger los pre-registros de los fabricantes e importadores que precisarán el tipo y el volumen de su producción, la agencia funcionará con 400 personas en 2010.
El primer ministro finlandés Matti Vanhanen recordó que «las disputas insignificantes» sobre la repartición de varias agencias europeas entre los países miembros habían retardado la instalación de la agencia.
Finlandia e Italia se disputaban en particular la sede de la autoridad europea de seguridad alimentaria, que fue finalmente instalada en Parma.
El compromiso sobre el reglamento REACH fue sellado a fines de 2006, bajo la presidencia finlandesa de la UE, tras casi cuatro años de una «difícil y lenta negociación», según las palabras de Verheugen.