La Comisión Europea propuso el miércoles en Bruselas abrir en 2007 las negociaciones de un Acuerdo de Asociación, que incluye un tratado de libre comercio, entre la Unión Europea y América Central y la CAN (Comunidad Andina de Naciones).
La Comisión Europea ha propuesto que la UE inicie negociaciones para celebrar acuerdos de asociación con Centroamérica y la Comunidad Andina en 2007, anunció Bruselas en un comunicado.
La propuesta de la Comisión debe ser aprobada por el Consejo de la UE (formado por los Estados miembros) antes de que Bruselas pueda poner en marcha estas negociaciones que contemplan las tres facetas de las relaciones entre la Unión Europea y estas regiones (diálogo político, cooperación y comercio).
En el caso de América Central, la negociación incluirá a Costa Rica, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, mientras que la UE también quiere sumar a Panamá.
Del lado de la CAN, abarcará a Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia, luego de la decisión de Venezuela de abandonar este bloque y sumarse al Mercosur.
Según la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero Waldner, las negociaciones podrían iniciarse a principios del próximo año.
La Comisión ha cumplido los compromisos que contrajo en mayo pasado en Viena, dijo Ferrero Waldner, al referirse a las discusiones en la cumbre eurolatinoamericana celebrada a mediados de año en la capital austríaca.
De su lado, su homólogo de Comercio, Peter Mandelson, señaló que los acuerdos en cuestión pondrán las bases de unas relaciones comerciales y económicas más intensas entre la UE y los países centroamericanos y andinos.
Los acuerdos establecerán las condiciones para la instauración gradual de una zona de libre comercio entre la UE y ambas regiones.
El objetivo de Bruselas es que sirvan además para reforzar la cooperación birregional con el fin de consolidar la estabilidad política, social y económica, así como ayudar a crear las condiciones necesarias para luchar contra la pobreza en América Latina.
En cuanto a los procesos de negociación, no seguirán caminos paralelos y dependerán en gran parte de la situación de cada bloque latinoamericano.
Una de las mayores dificultades del proceso de negociación con la CAN es el tema bananero con Ecuador, país que denunció recientemente a la UE ante la OMC (Organización Mundial del Comercio) por perjudicar a los productores latinoamericanos con el nuevo régimen de importación introducido en enero pasado.
Si la amenaza de litigio no es resuelta, seguramente hará difícil, sino imposible, negociar. No es posible litigar y negociar al mismo tiempo, advirtió en ese sentido Mandelson, marcando la posición de la Comisión Europea.
Otra cuestión a resolver para la CAN es su debilidad tras la partida de Venezuela y la llegada de nuevos gobiernos en la región, situación que ya había costado postergaciones en las discusiones a raíz de las dudas del lado europeo sobre el sentido de abrir negociaciones con un bloque en descomposición.
Sobre este punto, Mandelson dijo no tener razones para creer que los nuevos gobiernos en la Comunidad Andina están menos comprometidos con una negociación.
En cuanto a América Central, el principal inconveniente parece ser el tema de la representatividad a la hora de negociar.
La UE quiere un negociador único como contraparte, iniciativa apoyada por Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Pero Costa Rica, el mayor socio comercial de la región, se opone a esta figura.
En todo caso, el éxito no está garantizado, tal como lo demuestra el caso de las negociaciones entre el Mercosur y la UE, iniciadas en 1999 y paralizadas desde 2004 por diferencias sobre la liberación de servicios e inversiones para los europeos y las tarifas agrícolas para las exportaciones sudamericanas.