Los impuestos, tal y como están planteados, sólo afectan al asalariado en relación de dependencia y al pequeño y mediano empresario, y esa política del Estado no lleva más que al estancamiento de la economía del país. En forma inmediata con el Pacto y Reforma Fiscal, nadie tendrá resultados ni beneficios inmediatos. El que cultiva hortalizas en Almolonga, el comerciante de arroz y frijol de la 21 calle, el dueño de un pinchazo, hasta la venta de flores en el Mercado Central, no tendrán ningún beneficio con subir la tasa del impuesto sobre la Renta, incrementar el ISO, afectar la llamada de un celular o impulsar el Pacto Fiscal o readecuar el Presupuesto del Estado.
Rodrigo Alfonso Ponce Chavarría, Economista
Colegiado Activo No. 4567
Existen estadísticas de la SAT en su propio portal de internet que dicen lo siguiente: El Registro Tributario Unificado, entidad que asigna el número de NIT tiene un poco más de 2 millones 600 mil contribuyentes registrados, de los cuales 400 mil tienen interés fiscal en el país.
Del universo de NIT un millón 300 mil se encuentran inscritos, pero no presentan declaración directa o declaración alguna a la SAT, ya sea por laborar en relación de dependencia, por gozar de exención o por no recibir remuneración suficiente, o simplemente, no declarar sus ingresos al fisco.
Asimismo, 860 mil números de NIT fueron asignados a las municipalidades, de los cuales no existe registro estadístico, y existen 40 mil contribuyentes homónimos, con NIT duplicados o con alguna complicación.
De los 400 mil contribuyentes, 125 mil hacen al menos dos declaraciones anuales, y de ellos, 10 mil aportan el 80% de la recaudación total de los tributos registrados en el país.
Guatemala no necesita elevar la tasa de impuestos ya existentes que impiden la capacidad de ahorro y contraen el poder de compra del ciudadano común.
El Gobierno no es la pomada de La Campana que lo cura todo. La Economía no requiere de medidas impositivas que contraigan su accionar. Por el contrario, urge una política fiscal que fomente la actividad económica y facilite el surgimiento de pequeñas empresas, y sobre todo, que incorpore al sector informal, a las iglesias, a los casinos y a las ONGs al pago de impuestos. URGE UN CENSO FISCAL.
El Producto Interno Bruto Oficial de Guatemala del año 2010 es de Q 331,900,000,000.00 TRESCIENTOS TREINTA Y UN MIL NOVECIENTOS MILLONES DE QUETZALES y se ha proyectado un crecimiento del 3.5% para el cierre del 2011.
El PIB per cápita del guatemalteco es de Q 13,836.7 anuales.
Nuestro país sigue siendo pobre, con dificultades de crecimiento de la empresa privada, y por eso, la Reforma Fiscal del Gobierno del presidente Otto Pérez Molina debe ser en función real de la producción y tamaño y crecimiento de la economía, y no sobre el discurso trillado de la carga tributaria sobre el porcentaje del PIB que pregonan los burócratas de oro de un organismo internacional.