Impotentes ante la impunidad y el engaño


Eduardo_Villatoro

Casi no hay día en que los guatemaltecos no nos enteremos de repetitivos señalamientos acerca de marrullerías de funcionarios de cualquier jerarquía e indistinta institución pública para burlar descaradamente frágiles normas relacionadas con la transparencia en compras o contrataciones del Estado, o del cínico proceder de las bancadas del Congreso para seguir en plena holgazanería, pero los diputados siguen cobrando sueldos y dietas puntualmente.

Eduardo Villatoro


Con la misma frecuencia, asimismo, los diarios impresos informan de las también reiterativas declaraciones del Presidente o de la Vicepresidenta  respecto a que el Gobierno no está dispuesto a tolerar que los “servidores” públicos se valgan de sus cargos para vulnerar las leyes en provecho propio, porque quien lo hiciere será inmediatamente destituido y consignado a los tribunales de justicia por sospechas de enriquecimiento ilícito.

   Pero allí está tan campante, realizando actividades políticas el último jefe del Fondo Nacional para la Paz, institución que fue disuelta porque ya era imposible ocultar la corrupción que la carcomió. Quitados de pena se encuentran, también, los políticos del gobierno pasado que dirigieron Fonapaz durante la gestión de la UNE, rebozando satisfacción por el estatus socioeconómico que alcanzaron aprovechándose de sus cargos.

   Por más que se publiquen anomalías que suelen cometerse frecuentemente en el Ministerio de Salud y sus dependencias, el titular de esa cartera permanece impávido y sin darse por aludido, ni siquiera ante las denuncias de un médico de un hospital del oriente del país que declaró públicamente su frustración ante el grado de desnutrición de los niños que atendía a causa de la falta de medicamentos y otros insumos. La solución que tuvo a mano el soberbio y cínico Ministro fue trasladar al galeno a un ínfimo puesto en un centro de salud.

   Los habitantes de poblaciones adyacentes donde operan o funcionarán minas a cielo abierto son criminalizados por el Ministerio de Gobernación y objeto de persecución penal, mientras que un extranjero que insultó soezmente a los comunitarios de San Rafael las Flores y ordenó que los asesinaran, según escuchas grabadas por el Ministerio Público, cuando intentaba huir del país fue capturado y consignado, pero el Juzgado de Primera Instancia Penal de Santa Rosa se limitó a dictarle arresto domiciliario.

   En el Congreso, en tanto que un diputado del partido Lider se desgañita formulando preguntas planteadas una decena de veces al Ministro de Cultura, los demás parlamentarios se entretienen en divertidas pláticas y compartiendo bromas, en espera de que los “legisladores” patriotistas rompan el quórum  para marcharse a descansar con más placer a sus hogares.

   Por su lado, el empresario devenido en congresista que preside la Cámara es obstinado en demostrar su incapacidad para dirigir a ese organismo, o simplemente se sonríe complaciente por lograr evadir su responsabilidad.

   Abunda la impunidad, la corrupción, los engaños, la ociosidad y otros males en la conducción de los destinos del país, y los guatemaltecos refunfuñan, maldicen y murmuran, pero acaban por aceptar resignadamente su infortunio hasta que vuelvan a las urnas a repetir sus decepciones.

   (El analista político Romualdo Tishudo repregunta a un ujier del Congreso:-¿Por qué, siendo tan corruptos, la inteligencia de cierto diputado oficialista no se puede pagar con dinero?  – Porque no existe una moneda tan pequeña).