El Presidente de la República decidió rectificar respecto a la propuesta inicial de reforma constitucional que pretendía modificar el procedimiento de reforma constitucional que es, sin duda alguna, uno de los aspectos de la actual Carta Magna que no merecen ser cambiados. Puede parecer un galimatías el tema, pero es que la iniciativa presentada por el general Pérez Molina contemplaba que todo cambio a la Constitución debía ser hecho en el futuro por una Constituyente integrada en forma peculiar.
Ayer, cuando admitió que están revisando y retirando algunas de las reformas, dijo que uno de los puntos que están rectificando es precisamente el de los cambios futuros a la Constitución, tema que La Hora planteó como uno de los aspectos puntuales de crítica en el proyecto, puesto que al eliminar la consulta popular no se fortalece la democracia en un país como el nuestro.
Es satisfactorio ver que se puso atención a la observación formulada por algunos sectores con relación a mantener el procedimiento actual que tiene la ventaja de darle a la población la oportunidad de expresarse de manera directa sobre las modificaciones. El problema, creemos nosotros, está en que el antecedente de la última reforma, que fue rechazada por la población, genera preocupación entre quienes quieren llevar agua a sus molinos. Y es más fácil lidiar con una Constituyente elegida en la forma en que se elige a nuestros diputados, lo que producirá diputados constituyentes muy similares a los del Congreso de la República, que lidiar con el voto en una consulta popular.
Pero desde el punto de vista de la democracia, de la consolidación de nuestra participación ciudadana, es mucho más importante mantener la consulta cuando no se trate de reformar aspectos relacionados con las garantías individuales.
Con eso se elimina la tentación de que una Constituyente se pueda considerar poder soberano a ir más allá de lo que se establezca y determine en el decreto de convocatoria, donde deben siempre aparecer el o los artículos que serán reformados. No se cambiará, pues, ni la parte pétrea de la Constitución ni la forma en que la misma puede y debe ser revisada y reformada y eso es importante, desde nuestro punto de vista, para que el debate sobre aspectos meramente operativos no se vea contaminado con la discusión sobre el peligro de que surja una dictadura en el país a partir de una Constituyente no solo electa por los financistas, sino que además sea integrada en forma ad hoc para consagrar tiranías como ya ocurrió tantas veces en Guatemala.
Minutero:
Que dé muestras el Congreso
de que saldrán del receso
que no permite avanzar
en ley que se debe aprobar