Los hechos de esta semana en la cultura y el arte a nivel universal, condujeron a que las noticias se enfocaran en el mundo del cine. Los decesos de Ingmar Bergman y Michelangelo Antonioni, ocurridos el mismo día de esta semana, provocaron el luto mundial.
El cine es considerado como el último arte, el séptimo, el más completo, pues es capaz de reunir a todas las artes: la plástica, el movimiento de la danza, la actuación del teatro, la narración de la literatura, las estructuras de la arquitectura, etc.
En la antigí¼edad, el teatro era un recurso valioso para culturizar a la gente. El teatro es un arte directo. Sin embargo, en países como Guatemala, el arte dramático no ha logrado acercarse al pueblo.
Al contrario, el cine es el arte que más acapara la atención de las muchedumbres. Por tal motivo, las salas de proyección han preferido presentar las películas «taquilleras», que hoy son y que mañana se queman en el fuego del olvido.
El cine puede satisfacer los deseos de belleza de los espectadores, así como puede ser una de las mejores vías para culturizar y educar al pueblo, pues es un arte directo, a la manera del teatro clásico en Grecia.
Pocos espacios existen para proyectar cine artístico; el Centro de Cultura Hispánica, El Sitio en La Antigua Guatemala, la Universidad de San Carlos y la Universidad Rafael Landívar, por ejempo, son lugares para la proyección de filmes de calidad estética.
Este suplemento está dedicado, en su mayoría, a este arte, más entendido hoy día como entretención y no como vía de transmisión estética.
Es necesario darle más espacio al cine ejemplar, pues este es el modo de culturizar a los pueblos con mayor cobertura y con mayor rapidez en la actualidad. Sirva, pues, este suplemento para impulsar el séptimo arte.