El Tribunal Primero de Alto Riesgo emitió esta tarde una histórica sentencia condenatoria contra cuatro exmilitares que fueron acusados de ejecutar la masacre en la comunidad Las Dos Erres, Petén en 1982, donde fueron asesinadas más de 200 personas por el Ejército de Guatemala. Los responsables de ese brutal hecho fueron condenados a más de 6 mil años de prisión.
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Los acusados Carlos Carías López, Daniel Martínez, Reyes Collin Gualip y Manuel Pop fueron condenados a 30 años de prisión por el asesinato de cada una de las víctimas de la masacre, lo que suma 6 mil 30 años. El Tribunal apuntó que esa pena deberá ser cumplida en un período de 30 años. Por delitos contra los deberes de humanidad, el Tribunal de Alto Riesgo impuso la pena de 30 años de prisión inconmutables para cada uno de los sindicados, mientras que el acusado Carías López enfrentará seis años más por el ilícito de hurto agravado. En total, Martínez, Collin Gualip y Pop enfrentarán una pena de 6 mil 60 años de cárcel, mientras que Carías López purgará una condena de 6 mil 66 años, tras haber sido hallados responsables de la masacre. El Tribunal apuntó que los sindicados estuvieron consignados como comisionados militares en la comunicad Las Cruces y el parcelamiento Las Dos Erres. Además dejó constancia que las víctimas de ese hecho eran personas civiles dedicadas a la agricultura, que el daño ocasionado es de carácter irreparable, y que rebasa todo nivel de sentimiento humano. Además dijeron que les resulta “inexplicable†la actitud de los militares. El Ministerio Público presentó una serie de pruebas contra los exmilitares, las cuales consistieron en el testimonio del exkaibil César García Tobar, quien indicó que los niños fueron asesinados con una almágana, con la cual les pegaban en la cabeza; además, el informe de Rodolfo Robles, general de División de Perú, quien analizó los documentos militares Victoria 82, Firmeza y el de Seguridad Nacional, y concluyó en que el alto mando del Ejército ordenó ejecutar la masacre. Además, la Fiscalía acreditó el testimonio de varios familiares de las víctimas y peritajes, entre los que destaca un informe psicológico que mostró que el 60 por ciento de los sobrevivientes no han logrado superar el trauma de haber vivido aquella masacre.