IMPASSE, PARA TODO HAY SU TIEMPO


Esta Ley no es dictada por el hombre, esta Ley es dictada por mí­, que tengo todos los poderes y puedo actuar con suavidad o drásticamente en contra del ser confrontado por los mandatos incumplidos; yo soy un Dios omnipotente que todo lo veo, que todo lo sé, porque soy un Espí­ritu que se mueve dentro de todos y dentro la perversidad del mundo que, ni aun con mí­ presencia, se detiene.

Jesús Alvizures

 


Al decir Ley me refiero a muchos aspectos del Oasis de la palabra, pues aunque no alcance una gran cantidad de páginas, en él se encierran los elementos de una fuerza poderosa, que es mi fuerza. Yo no busco engañar con mi palabra, con estos dictados que vienen de mi mundo espiritual donde habito y desde donde puedo dar al viviente de la tierra alegrí­as o tristezas, porque en la vida, como se dice y se asegura, no todo es color de rosa.
 
Veamos cómo está esto, y hay que aclarar que quien siembra en el árbol de la vida, tarde o temprano recogerá sus frutos. ¿Y cuáles son los frutos? Amor, perdón, entendimiento y una larga vida entregada a Jesucristo, quien en verdad es el Autor que ha dictado al Carpintero referente a mí­ y a mi pensamiento, porque yo soy como el humano, obro y pienso de acuerdo con mis sentimientos, pues aunque no me vean yo hago sentir mi presencia, más aun cuando me reclaman en ORACIí“N, pues la ORACIí“N es un acto de fe que veo y siento, como uno de los elementos necesarios en la vida de aquel que quiere acercarse a mí­.
 
Y razón tienen de buscarme, porque soy su Padre. Yo les di vida dentro de esta esfera que representa el mundo y todos los elementos de la Tierra. Esta donde se puede gestar amor o se puede gestar dolor, sentir, gemir, según la dirección tomada para cruzarle. Muchas veces sus zarzas espinosas nos hieren y esas heridas perduran en el humano, ya que fueron inferidas con el látigo invisible, que es un látigo corrector dentro de los parámetros de lo infinito, que no permite que nadie se pase de la lí­nea que ha sido colocada entre Dios y el hombre para no transgredir en la maldad.
 
Pero hablemos de cómo Dios ensalza y reconoce al humilde, a aquel que quiere y desea hacer su voluntad dentro de un mundo que está perdido por los elementos negativos que dentro de cada ser hay; se deprava la palabra, se deprava el amor, se depravan los conceptos de una vida llena de zozobras y temores, porque se ha caí­do en lo abominable que en el mundo existe.
(Mensaje nocturno 22-5-2011-Prédica).
Cada humano tiene un chip, cerebro y este es de vida o muerte, solo son dos conceptos, dos caminos para que se tome y se elija a dónde se quiere ir; para todo hay su tiempo.