Imágenes del siglo XX español entre páginas


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Cuando el reconocido fotógrafo Ramón Masats (Barcelona, 1931) captó con su cámara en los años 70 los populares encierros taurinos de los Sanfermines en Pamplona (norte), no era consciente de que estaba retratando, en realidad, una época.

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POR ANA LÁZARO VERDE Madrid /Agencia DPA

«Yo solo quería contar lo que era la fiesta. Lo hice durante tres años; cogí mis bártulos y me planté allí. Fue una época en la que era fácil trabajar», explicó hoy en conversación con dpa durante la presentación de la exposición «Fotos&libros. España 1905-1977», que abre al público el miércoles en el Museo Reina Sofía de Madrid.

Además de la obra de Masats, esta muestra reúne otros 30 fotolibros de profesionales de varias generaciones, como Robert Capa, José Ortiz Echagüe, Alfonso, Francesc Català-Roca, Xavier Miserachs o la fotógrafa Isabel Steva Hernández, más conocida como «Colita».

A través de una mezcla de imágenes y textos, estos volúmenes artísticos, innovadores en los primeros años del siglo XX, abren al espectador los ojos a la instrahistoria del país y a su profunda transformación social, política y económica. Son mosaicos en los que no solo importa el contenido, sino también el orden y la forma.

«El fotolibro refleja, como en pocos ámbitos, la historia de este país y el papel que el arte ha tenido» en las distintas épocas, explicó ante los medios el director del museo, Manuel Borja-Villel.

La exposición arranca con una adaptación fotográfica de un poema de Ramón de Campoamor, famoso a principios del siglo XX, que deja entrever la dependencia de la mujer del varón en aquellos años, y concluye con las imágenes tomadas por «Colita» siete décadas después y publicadas en «Antifémina», un manifiesto contra la cultura patriarcal.

En medio, un paseo para descubrir los tipos sociales y las costumbres de distintas épocas, con paradas obligatorias en la Guerra Civil española (1936-1939), las penurias de la posguerra, la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) y la eclosión cultural y política tras su muerte.

Un ejemplo: la obra del fotógrafo José Ortiz Echagüe, quien retrató el mundo rural de la década de 1920 y lo plasmó en el fotolibro «Tipos y trajes de España», cuya portada ilustra la imagen de una joven madre con su hijo en brazos, vestida de lagarterana, el traje típico de la zona de Toledo (centro del país).

Otro: las dentaduras imperfectas de niños y adultos en las imágenes tomadas durante la Segunda República (1931-1936) por los fotógrafos de las llamadas Misiones Pedagógicas. En un pueblo recóndito de la geografía española, miraban atónitos la proyección de una película de Charlot, el personaje más célebre de Charles Chaplin.

Las imágenes de la retaguardia en plena Guerra Civil también se compilaron en libros, en algunos casos con textos de reconocidos escritores como Antonio Machado, Miguel Hernández o Arturo Barea. Durante la contienda, el arte se convirtió en propaganda en ambos bandos, el republicano, y el franquista.

En la dura posguerra, a pesar de la censura franquista, surgieron importantes fotolibros con poemas tristes y pueblos vacíos, como «Momentos», de Joaquín del Palacio (Kindel), o con la siniestra imagen de un Madrid en ruinas tras la guerra, con fotografías capturadas por el célebre Alfonso.

Ya en los años 60, el tímido despertar económico y social de la sociedad española coincide con la década dorada de su fotografía. Uno de los fotolibros más importantes es «Palabra e imagen», que cuenta con imágenes de Català-Roca, Julio Cortázar, Ramón Masats o Julio Ubiña, acompañadas por textos de literatos como Rafael Alberti, Octavio Paz, Mario Vargas Llosa, José Caballero Bonald, Camilo José Cela, Miguel Delibes o Federico García Lorca.

Pero además de retratar a la sociedad española a lo largo del siglo XX, estos fotolibros, todos de la colección del Reina Sofía, ofrecen una nueva perspectiva de la fotografía española hasta bien entrados los años 70.

Fue entonces cuando se editaron los últimos fotolibros de autor, en los que se reflejaron los últimos días de Franco, la cultura urbana o el fenómeno punk. A partir de entonces, la publicación de estos volúmenes decayó en España, paradójicamente por el auge de la fotografía como arte y por la proliferación de galerías y publicaciones.

«Desaparece así el carácter autoral y surge un libro menos personal: el catálogo, que no suele ser un espacio tan creativo», explica el comisario de la muestra, Horacio Fernández.

Con el nuevo siglo, sin embargo, vuelve el fotolibro. En medio de una fuerte crisis económica, los fotógrafos lo recuperan como método de trabajo «porque no pueden esperar a que el mercado del arte y los periódicos y revistas les adopten», en palabras de Fernández.

¿Cuál es su futuro en la era digital? «Buena parte de las editoriales están ofreciendo ediciones digitales, es compatible con el papel», señala el comisario, quien augura un «gran futuro» a la fotografía artística. «Hacer un fotolibro será cada vez más fácil. Es un campo abierto», asegura.