¿Lo mismo de siempre?


Editorial_LH

Ha continuado lo que nunca terminó: Guatemala está envuelta en una carrera electoral entre el mismo tipo de estructuras políticas y candidatos que terminan de estirar la paciencia del guatemalteco con planteamientos que no presentan una frontal decisión de transformar al país.


Dentro de toda esta maraña, la guerra de ataques y señalamientos se ha desarrollado y será muy importante que se haga un profundo análisis para poder diferenciar entre lo que es campaña negra y lo que son casos reales que deben y ojalá sean atendidos por las autoridades correspondientes.
 
 Porque en la carrera de quién es peor, parece que todos se encuentran involucrados en cerrado sprint hasta el final de la elección. Mientras, el trabajo de fundamentar las políticas de cambio y el planteamiento de los proyectos que podrán venir a hacer diferencia real en el país, no se encuentran.
 
El Tribunal Supremo Electoral se ha planteado el reto de detener la campaña anticipada y ojalá tenga la energía para hacerle frente a los partidos políticos que tienen ya tapizado el país con sus vallas y sus vacíos discursos; sería bueno que los ciudadanos hiciéramos nuestra parte planteando el rechazo a quienes de entrada quieren administrar el país sin respetar la ley.
 
Ojalá ese impulso del TSE los lleve ahora a ser fuertes y determinados para plantear un control de las finanzas de los partidos políticos que terminan vendiéndole el alma al diablo porque se empeñan a favor de quienes les dan la plata toda la capacidad de toma de decisiones en el ejercicio del poder.
 
 La “política” chapina sigue siendo lo mismo de siempre. No hay una discusión sobre la idoneidad de una persona y, menos, sobre el planteamiento político y su equipo de trabajo porque todo está trastocado y viciada la democracia; lo que se tienen son esas organizaciones de mercadeo a las que les llamamos partidos, mientras que a los que tienen plata para comprar plazas de candidatos se les para llamando “dirigentes” y a quienes están dispuestos a comprometerse a cambio de dinero y se les llama “candidatos presidenciales”.
 
 El resultado será, por supuesto, también el mismo. Porque lo que vemos es una competencia para ver quien se gana un nuevo cheque en blanco para que venga a disponer a su antojo de los bienes del Estado para convertirse en millonarios y pagar las cuentas a sus financistas de campaña.  Está bien detener la campaña anticipada, pero urge transparentar el financiamiento y asignar responsabilidades.  Esa es la tarea más fuerte y fundamental.
   
Minutero:
A ver si así como ronca 
duerme ese tribunal, 
porque ya se armó la bronca 
por la campaña ilegal