Existen en este momento dos alternativas para votar. Es importante que los guatemaltecos se definan por su opción antes de llegar a las urnas y no que decidan ante la boleta (a lo tin marí­n) para seguir en el mismo Estado o, regresar a la involución del desarrollo.

Las dos alternativas que tienen los guatemaltecos ante su limitadí­simo horizonte no son buenas. Las dos representan a la derecha extrema, a la derecha que sostiene el hambre, el analfabetismo y la miseria en esta sociedad que no permite que se abra el desarrollo desde ningún ángulo. Las puertas siguen y seguirán cerradas y cada vez ponen más candados.

De lo malo debe escogerse lo que quizá haga menos daño a la sociedad y al paí­s. En el caso de Baldizón (Lider), es posible que éste como presidente le siga haciendo el juego a la oligarquí­a como Arzú y Berger, quizá con una visión diferente porque la tecnologí­a obliga, pero el juego con los oligarcas y otros sectores de poder estarán presentes. Corrieron rumores de que su esposa es pariente de Arnoldo Vargas, el supuesto narcotraficante, sin embargo escuché la entrevista radial a la señora Vargas de Baldizón y ella lo negó rotundamente con argumentos lógicos. Definitivamente esta es una calumnia contra la señora. Lo innoble avanza en Guatemala.

Como muestra de negocios oligárquicos innobles que representan múltiples monopolios, está Xetulul y empresas conexas. Nadie sabe a quién pertenece. Se dice soto voce que pertenece “a la iniciativa privada”, punto. Se nutre del negocio mismo y se nutre también del impuesto gubernativo que se cobra puntualmente a toda la sociedad guatemalteca trabajadora, especí­ficamente para nutrirlo. Nadie sabe quién lo fiscaliza, si es que alguien lo fiscaliza y, menos aún se sabe a dónde va a parar el dinero de las multimillonarias ganancias mensuales que este hí­brido negocio deja. Todo se mantiene en la más completa oscuridad. íšnicamente se mencionan los apellidos del gerente, Castillo Sinibaldi, obviamente pariente directo de la dominante familia dueña de la Cervecerí­a Centroamericana, también propietaria de surtidos monopolios y oligopolios.

Es vox pópuli que una de las razones prioritarias para la fundación del Ejército de Guatemala, aunque esto no quedó escrito como historia en documentos formales, fue la defensa de los feudos de las familias dominantes, con la finalidad de que las hordas indí­genas no fueran a atreverse a atentar contra lo que ellos habí­an tomado como sus propiedades, más o menos como ocurrió en Estados Unidos.

En estos momentos es obvio que las familias dominantes que frenan el desarrollo, tienen temor por el proceso de lo que denominan “Sociedad civil”, término acuñado para referirse a “las masas” que se han venido organizando en Guatemala. Por esa razón, es evidente que esas familias han empujado, desde hace varios años, a un militar como candidato a la Presidencia con la finalidad de retomar posiciones y reprimir con el Ejército, como en tiempos que ni recordar es sano. Es lógico que Otto Pérez (Partido Patriota), con su currí­culo como miembro del Ejército, haya sido impulsado por la oligarquí­a para que los objetivos se cumplan a cabalidad y, para eso vale la pena la inversión de multimillones en propaganda. Al fin y al cabo, es sólo dinero y el pueblo lo aporta de una forma u otra, en cantidades mayúsculas, también por medio de su pago impuesto a Xetulul y negocios conexos.