¿La hermana Cristina dará el segundo paso?


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Llevar su voz celestial a un concurso televisivo en horario de máxima audiencia era para la hermana Cristina Scuccia una forma más de compartir su fe cristiana. Y en la noche del jueves al viernes, esta monja siciliana de 25 años fue coronada por el público como «La Voz» de Italia.

Por Alvise Armellini Roma / Agencia dpa

Desde que en marzo debutó en el concurso interpretando el tema «No One» de Alicia Keys, Scuccia se ha convertido en una sensación que traspasa las fronteras italianas. La propia Keys la felicitó a través de Twitter, como también hizo la actriz de «Sister Act» Whoopi Goldberg, y el video de aquella primera actuación se convirtió en un viral de YouTube.

   «Me gustaría que la gente pensara que la Iglesia puede estar en todas partes, con cualquiera. ¿Quién dijo que porque somos monjas no nos está permitido actuar?», declaró tras su primera actuación en el programa televisivo.

   Cuando fue proclamada campeona, la hermana Cristina dio las gracias «al que está allá arriba» y declaró: «quiero que Jesús entre», antes de comenzar a recitar la oración del Padre Nuestro ante el abarrotado estudio.

Con su victoria en el concurso llegó también una oferta de contrato con la discográfica Universal, pero no está claro si Scuccia aceptará: ya a comienzos de semana había explicado que dejaría que sus superiores decidieran por ella.

   «Sería muy feliz incluso si volviera a cantar con niños en las parroquias», declaró la joven monja, que también cuenta en su historial con una victoria en un certamen de canto organizado por la Iglesia Católica de Roma.

   Durante los tres últimos meses, sor Cristina interpretó en directo ante las cámaras de televisión clásicos del pop como «Girls Just Want To Have Fun» o «Flashdance: What a Feeling» y del rock como «Livin’on a Prayer», y actuó junto a estrellas invitadas como Ricky Martin y Kylie Minogue.

Scuccia y J-Ax, el tatuado rapero italiano que fue su «coach» durante el programa, desarrollaron una estrecha amistad -la pareja fue apodada «el diablo y el agua bendita»- y el cantante le suplicó que continuara.

«Tiene que grabar un disco con el sello del Vaticano o de las Ursulinas, porque es una gran oportunidad», dijo J-Ax. Por supuesto, todos los beneficios estarían destinados a obras de caridad.

«Estoy dispuesto a trabajar gratis, a llamar a grandes nombres como Alicia Keys para que cedan una canción para el disco», insistió. «Pero nadie debería ganar un céntimo con ello».

Nacida en Comiso, una localidad de 30 mil habitantes en el sureste de Sicilia, Scuccia sintió la llamada de la religión en 2008, cuando le ofrecieron un papel en un musical dedicado a la fundadora de la congregación de las Ursulinas de la Sagrada Familia, a la que luego se unió.

«Mi sueño era ser cantante», dijo citada por los medios italianos. «El Señor se ha servido de mi deseo para llamarme a Él, me llamó a una nueva vida y me está llevando a cumplir mi sueño según su voluntad, de una forma que jamás habría imaginado», señaló.

Así, Scuccia se unió a una escuela dramática liderada por Claudia Koll, una ex actriz erótica italiana que tuvo un renacer religioso. Después pasó un par de años como misionera católica en Brasil y tomó sus votos en 2012. Actualmente reside en Milán.

   Sor Cristina sostiene que actúa en línea con las recomendaciones pastorales del papa Francisco. Y es que en un manifiesto sobre su papado, el pontífice dijo que la Iglesia Católica debería centrarse menos en la liturgia y «ensuciarse» y «magullarse» con la gente de la calle.

   El Papa «nos invita a salir, a evangelizar, a decirle a la gente que Dios no se lleva nada, ¡sino que nos da más! Yo he venido aquí para eso», dijo en marzo al jurado de «La voz» de Italia.

Con todo, pese a la espontaneidad que caracteriza al pontífice argentino, Francisco no se ha puesto en contacto con la hermana Cristina. Pero el encargado vaticano de asuntos culturales, el cardenal Gianfranco Ravasi, dio indirectamente su apoyo al concurso.

En un mensaje de Twitter escrito mientras se emitía la final de «La Voz», Ravasi citó junto al hashtag del programa una máxima del escritor romano del siglo VI Cassiodorus en la que decía: «Si cometemos injusticias, Dios nos dejará sin música».