Con este título muy filosófico inicia una de las reflexiones del presidente de la República de China, Taiwán, Ma Ying-yeu, quien hace unos días escribiera unas notas en conmemoración del 4 de junio de 1989 cuando estudiantes prodemocracia fueran abatidos por el Ejército chino en la Plaza de Tiananmen en Pekín.
En estas reflexiones el presidente Ma hace una comparación de su nación, cuando en la década de los 60 iniciara la voz democratizadora en la isla con el profesor Ying Hai-kuang y Lei Chen para pedir libertad en un régimen autoritario, lo cual les costó arresto domiciliario. El presidente Ma, haciendo uso de su ilustrativo conocimiento y profundo amor por la paz, dice entonces en una pasaje y cito «â€¦si hubiéramos escuchado sus opiniones… ¿no hubiéramos evitado muchos reveses en el desarrollo de Taiwán? termina la cita. Creo que es importante la óptica pacifista y tolerante del presidente Ma, cuando dice que si bien el desarrollo económico es bueno, aun mejor lo es el democrático, que sin libertad y tolerancia, aun una economía en auge no tiene sentido. Es importante entonces comprender y tomar ejemplo de estas sabias reflexiones y traerlas a la práctica a este país, que aún no entiende que la democracia sin respeto no es democracia, talvez ahí radique la enorme diferencia entre este país, y el muy desarrollado y pacifista Taiwán.