¿Internet y Google nos están haciendo más estúpidos y dependientes?


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Durante el verano de 2008 el escritor norteamericano Nicholas Carr publicó un artí­culo para la influyente revista The Atlantic, en el que se pregunta si Google no nos está haciendo cada vez más estúpidos… interesante planteamiento, para reflexionar. Recientemente se hicieron pruebas para diferenciar entre l capacidad de concentrarse al leer en un iPad y en el papel. ¿Sabe usted los resultados?

Ramiro Mac Donald

 


Las deducciones son que el 20% de los usuarios tienen mayor retención al leer en el papel, contra la lectura en uno de esos aparatitos maravillosos de la Apple. Sin embargo, es curioso, pero el tiempo de lectura fue el mismo. Pero el tiempo en que los ojos se detienen sobre las letras, sea en la pantalla o en el papel, gana el papel por un fuerte porcentaje. También el patrón de mirada al ver una nueva página son iguales en ambos casos. Este estudio lo hizo una empresa francesa llamada Miratech, sobre la lectura de un artí­culo del diario francés llamado 20 Minutos.

    Todo este tema, porque recientemente leí­ otro artí­culo, escrito por Marcos Ros-Martí­n, quien sabe mucho de tecnologí­a y comunicación. Dice Ros-Martin que “al introducir los textos a través de los móviles, antes con los SMS y ahora con las distintas aplicaciones de mensajerí­a y de redes sociales de los smartphones, hacemos trizas la gramática y la ortografí­a, que fueron el fruto de años de estudio metódico y que ahora muchos descubrimos que nos cuesta controlar. Nos encontramos perdiendo la capacidad de expresarnos a través de la escritura, porque intentar expresar una idea a través de 140 caracteres obviamente no ayuda a desarrollarla, sólo a bramar por ella, pero la tecnologí­a también merma otras capacidades como la capacidad de retención lectora”. El autor se está refiriendo a los textos de Twiter que no pueden pasarse de 140 caracteres.

      Y agrega que, ante la pantalla de una computadora, buscamos los párrafos donde la información nos impacta más o nos parece más relevante, en un intento de subrayado digital que nos priva del desarrollo de las ideas que se encuentran en el texto mismo. Finalmente, otro de los aspectos que nos limitan en el mundo tecnológico es el comportamiento que tenemos a la hora de consumir información en la Web.
     
      Ros-Martí­n dice que ahora consideramos a Google nuestra memoria: “ese es el lugar donde encontraremos aquel documento o idea que tanto nos gustó y que por lo tanto no tenemos necesidad de guardarla ya sea en nuestro propio ordenador o en uno de esos sitios para almacenar enlaces; muchos de nosotros tenemos una visión cerrada de lo que es la Web y de las posibilidades. La opción de encontrar en la red personas que tienen los mismos gustos que nosotros o que piensan como nosotros, nos cierran la opción de descubrir y de argí¼ir con otras personas que piensan justo lo contrario. En este caso, perdemos la riqueza del intercambio de ideas que son para nosotros disonantes, pero que enriquecen nuestros puntos de vista”. ¡Esto nos está pasando a todos! En América Latina o en Europa, en Estados Unidos o en el Asia. A todos, porque cada vez estamos buscando más estar “metidos” en internet. No podemos salir de ella, queremos estar dí­a, tarde y noche en la RED. Los jóvenes están “enviciados” con las Black Berries y los textitos.
     
      Y concluye Ros-Martí­n con algo muy interesante “Antes cuando querí­as estar informado y adquirí­as un periódico, lo ojeabas y un periodista, o varios, dependiendo de la importancia de la pieza informativa, disponí­a de cierto espacio y de colocación para la misma. Actualmente, consumimos sólo la información que nos interesa, vamos al quite, casi obviando y maltratando el resto, convirtiéndose el internet justo en lo contrario de lo que nosotros pensábamos, en un embudo. Un embudo que sólo nos ofrece información que nos interesa que no es necesariamente la importante, que se centra en satisfacernos más que en informarnos, empobreciéndonos intelectualmente en la mayorí­a de las ocasión”. Esto es contrario a la idea que tení­amos sobre que internet iba a convertirse en una gran ventana al mundo. ¿Es posible que, como dijo ya hace varios años Nicholas Carr, nos estemos volviendo más estúpidos al permanecer tanto tiempo conectados… y dependiendo demasiado de SAN Google cómo la única fuente de búsqueda de datos e información en general?