¡Hasta cuándo, guatemaltecos, hasta cuándo!


Eduardo-Villatoro-2013

En gobiernos anteriores de las recientes décadas se realizaban turbios negocios gubernamentales y corrompidas conductas de altos y medianos funcionarios que provocaban la reprimida ira de los guatemaltecos; pero durante la administración del presidente Otto Pérez están sucediendo hechos que uno ya no sabe si maldecir a las personas que protagonizan abyectas actuaciones, o simplemente seguir haciéndonos los babosos, como si ya nada nos importara y que sea el destino el que se encargue de guiar la ruta de este infeliz país, sin intervención de quienes nos mantenemos al margen de tanta porquería en las esferas oficiales.

Eduardo Villatoro


No me estoy refiriendo a la criminalidad prevaleciente, ni siquiera a la agresión contra periodistas (motivo de un artículo especial) tampoco a concesiones ilegítimas, ni aberrantes procedimientos de la Corte de Constitucionalidad, del Congreso, de la Junta Monetaria o a las depravadas transas de sórdidos y funestos diputados.

  Intento abocarme con menuda dosis de serenidad a los impúdicos gastos en que incurren funcionarios del Registro Nacional de la Personas (Renap), incluyendo al abogado Hélder Ulises Gómez, magistrado del Tribunal Supremo (¡¿?!) Electoral, en su calidad de miembro del cuerpo directivo de aquella institución que desde su origen ha sido objeto de fundamentadas críticas por su  incapacidad operativa, malos manejos, desatención a los usuarios y tantas otras desviaciones.

   Si usted no leyó elPeriódico de anteayer o si lo hizo traigo a cuenta que durante año y medio el Renap ha “invertido” Q2.1 millones en 29 viajes del personal de ese desastroso ente a Europa, Estados Unidos y países de América Latina. La más reciente licenciosa aventura tuvo como destino la aburrida ciudad norteamericana de Las Vegas (donde no proliferan museos o centros de alta cultura por cierto), porque allí se desarrolló el Festival Latinoamericano de Arte y Folclore.

   Para que sus funcionarios no pasaran penas el Renap desembolsó casi Q230 mil en concepto de viáticos, además, Q846 mil en pago de pasajes aéreos, que totalizan más de un millón de quetzales, que es una migaja al tomar en consideración que el 54 % de guatemaltecos vive en la pobreza y el 17 % en la indigencia, fuera de los miles de niños campesinos e indígenas que se debaten entre la desnutrición y la miseria, y otras minucias que son insignificantes para los fastuosos viajeros que qué chingados tenían qué hacer en esa actividad a la que asistieron. ¿O es que también son expertos en turismo esos privilegiados?

   Un día antes La Hora publicó, en primera plana, la atractiva imagen del alcalde Arnoldo Medrano, el cacique de Chinautla pendiente de cuatro antejuicios entablados en su contra por su acrisolada honestidad en el manejo de las finanzas municipales, y quien, con despreciable desparpajo e impúdico cinismo, reveló que devenga Q70 mil mensuales, que puede hacer con “mi dinero” lo que le venga en gana, y que cuenta con el apoyo del Presidente y de la Vicepresidenta.

   Imagínese ustedes, lectores, un alcalde de esa calaña haciendo ostentación del sueldo mensual que percibe y que un maestro del escalafón más alto devenga en todo un año.

    (Romualdo Tishudo se limita a exclamar: -¡Hasta cuándo, guatemaltecos, hasta cuándo vamos a seguir soportando tanta bazofia en la administración pública!).