Guatemala bajo asedio es el título de un texto publicado por la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala –Avemilgua–, en el cual se narran aspectos del conflicto armado interno, bajo una óptica y perspectiva propia de los militares retirados, y que explica una especie de complot en contra del Ejército de Guatemala, por múltiples circunstancias, pero especialmente por la situación de la guerra interna que sufrió el país por más de 36 años.
El documento se encuentra bien editado y con una sinopsis de información bastante desarrollada, especialmente en cuanto a narrativa de casos y situaciones, la mayoría de ellos propios del enfrentamiento de los grupos armados, tanto del ejército como de los grupos insurgentes. Se documentan con informes internos, algunas fotografías y documentos oficiales del Ejército, los cuales indican en el texto, fueron entregados a la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, durante su funcionamiento, para que se hiciera constar en su informe.
Es meritorio hacer mención de algunos aspectos del documento, empezando por la ausencia de una firma directa o autora del texto, o bien múltiples si fuere el caso (como seguramente lo es). Es decir, no hay referencia de su autor o autores, sino simplemente el aval de Avemilgua, lo que descarta inicialmente alguna expectativa de debate o contradicción porque no se puede discutir con quien no se conoce. También merece comentario aparte el hecho de que durante algunas partes del documento, se menciona la legitimidad de esta asociación de hacer estas publicaciones, puesto que no tienen compromiso o pensamiento ideológico, sino solamente se persigue informar a la población objetivamente. Sin embargo, durante la lectura se puede denotar una fuerte carga ideológica, quizá no auténtica o seguidora de alguna ya plenamente identificada, pero si contraria, es decir, una muy notoria negatividad sobre las ideologías sociales, explicándolas negativamente como causantes o responsables de alguna parte del conflicto armado interno. La carga ideológica entonces, sí existe, pero no es original, sino con sesgo contrario a la de sus enemigos de ese entonces.
Reconocen los veteranos en esta publicación, que existieron excesos y acciones militares propias y necesarias del combate, y que su intención no es justificar a nadie, sino describir de forma clara las distintas situaciones de los combates y explicar que la intervención del ejército se circunscribió a responder, o defender una posición militar, a costa de pérdidas de vidas humanos. El texto también describe, como objetivo primario, las actividades atroces cometidas por los participantes de la guerrilla, explicando que existieron desde asesinatos, secuestros y masacres.
El libro no hace referencia a las investigaciones judiciales que se han iniciado en contra de militares por abusos durante el conflicto armado, ni recoge situaciones de actividad militar en contra de la población civil, salvo los indilgados a la exguerrilla; sin embargo, sí mezcla algunos aspectos de naturaleza política, como el asesinato de Manuel Colom Argueta, en la cual dejan entrever que no fue una acción del General Cancinos, como se conoció, sino quizá una estrategia política-terrorista de la propia insurgencia, al no conciliar ideas o tiempos con el líder socialdemócrata de los setentas, y que como ese caso, hay otros que habría que investigar formalmente.
Conocer la historia, especialmente de quienes la vivieron en carne propia siempre es una experiencia invaluable; y seguramente los veteranos de guerra tendrán mucho que decir, bueno o malo del país, y están en todo su derecho. Pero el hecho de llevar juicio y castigo a responsables de crímenes, de cualquier bando, difícilmente se puede calificar como estar bajo asedio.