La Iglesia católica oficial china se congratuló el lunes por las «buenas intenciones» de Benedicto XVI, dos días después del llamamiento del Papa al respeto de una «auténtica libertad religiosa» en China.
«La carta del Papa subraya sus buenas intenciones», declaró a la AFP el vicepresidente de la Asociación Católica Patriótica de China, Liu Bainian, que representa a la Iglesia controlada por el Partido Comunista Chino (PCC).
«El Papa expresó su amor e interés por los fieles de China (…), es un tono nuevo», señaló por teléfono.
Según Liu, «las anteriores cartas papales se oponían al comunismo y al socialismo y querían castigar a los miembros de la Iglesia patriótica» china.
«Ahora la situación es diferente; el Papa intenta comprender a la Iglesia china», añadió.
La reacción del responsable de la Asociación Católica Patriótica contrasta con la expresada por el ministerio chino de Relaciones Exteriores tras la publicación de la carta de Benedicto XVI a los católicos chinos, el sábado, en el Vaticano.
La cancillería china pidió a la Santa Sede no crear «nuevos obstáculos» en la mejoría de la relaciones bilaterales.
Un portavoz de esa cartera reiteró las dos principales exigencias de Pekín: ruptura de las relaciones diplomáticas entre el Vaticano y la isla de Taiwán –que para China es un territorio rebelde cuya soberanía le pertenece– y poder nombrar prelados.
El Vaticano se ha declarado ya dispuesto a aceptar la primera condición, pero considera que la segunda es inaceptable.
En su carta, Benedicto XVI subraya que una «auténtica libertad religiosa» implica la total libertad papal para nombrar obispos.
Para tratar de calmar los ánimos después de la enérgica reacción del gobierno chino, el portavoz de la Santa Sede aseguró el domingo que Benedicto XVI no buscaba un enfrentamiento, y que no había manifestado ninguna acusación contra Pekín.
«La Iglesia oficial china no puede ver con malos ojos esta carta, pues llama a la unidad de los oficiales y los clandestinos», opina Dorian Malovic, un periodista de La Cruz y autor de varios libros sobre el catolicismo en China.
Los católicos de China (entre 8 y 12 millones, según el Vaticano) están divididos entre la Iglesia oficial y la Iglesia clandestina, que sigue siendo fiel a Roma.
«Yo creo que se puede reanudar un diálogo de fondo, claro que en forma sumamente discreta, por canales diplomáticos paralelos», agregó dicho experto, calificando a esta misiva de «documento fundador».