¡Éxito total del Concierto de Primavera!


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El Salón de las Banderas del Palacio Nacional de la Cultura fue el escenario perfecto para la presentación de la Orquesta Sinfónica Juvenil Municipal dirigida por el maestro Bruno Campo, la noche del martes 27 de marzo de 2012. La acústica en el magnífico y elegante salón me hizo pensar y sentir que fue una gran idea realizar el concierto en ese bello recinto, de cuyo techo pende la colosal y ensoñada lámpara de cristal que se corona con cuatro quetzales de bronce que señalan los cuatro puntos cardinales, posee más de 150 bombillas y pesa dos toneladas y media.

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Las sillas fueron ocupadas poco a poco, colmándose el salón de dilectas personas en una velada musical, cultural, artística y social inolvidable. Es importante hacer notar que la vivificante Orquesta Sinfónica Juvenil Municipal, ha logrado sorprendentes niveles de profesionalismo y sobre todo proyectarse en el ámbito social con oportunidades para niñas, niños y jóvenes; también ha demostrado ser versátil y muy didáctica en sus facetas de enseñanza al pueblo de Guatemala, con la acertada guía de su dedicado y dinámico director Bruno Campo, de quien me he dado cuenta que siempre procura lo mejor para las y los integrantes de su orquesta, demostrando que en Guatemala somos capaces de pensar y hacer las cosas bien, aún con recursos que a veces pueden ser limitados. Notamos que los músicos, desde los pequeños hasta los mayores, además de leer sus partituras, se escuchan entre sí con atención, logrando un entendimiento maravilloso en favor de una mejor interpretación. Cada uno ha aceptado el reto y todos se esfuerzan constantemente en llegar a su perfección, afinando cuidadosamente sus instrumentos antes de ejecutar cada una de las obras. Hemos advertido que han subido notablemente su nivel musical, hasta llegar a conformar un todo armonioso y exquisito. Así la memorable noche inició con una hermosa y muy bien lograda interpretación de la Overtura Egmont, que consiguió transmitir a la concurrencia la energía y detalles propios de nuestro admirado Ludwig Van Beethoven. La Sinfonía número 5, II movimiento -andante cantabile- de Tchaikovsky, tuvo por excelencia la atención y esmero de todos y cada uno de los músicos. Bruno Campo hizo retumbar su orquesta en las partes fuertes, y flotar delicadamente sus sonidos en los pasajes suaves, enfatizando emocionantes contrastes sonoros. Después se esperaba con entusiasmo el Concierto para Oboe y Orquesta de Richard Strauss, en el que participó como invitado especial el reconocido oboísta italiano Gianfranco Bortolato. Aquí la Orquesta Juvenil Municipal supo acoplarse adecuadamente al solista, consiguiendo ensambles de alta calidad armónica. La profunda musicalidad que surgió del oboe de Gianfranco Bortolato, fue para mí un peregrinaje sonoro-emocional que determinó con elegancia y éxtasis su particular estilo. En la parte final del concierto, después de ejecutar el Danzón número 2 de Arturo Márquez, las secciones de metal y percusión de la orquesta tuvieron oportunidad de expresarse con fuerza, en lo que yo calificaría como ‘laboratorio sonoro instrumental’. Felicito a los equipos de trabajo de cada institución, al Excelentísimo Señor Embajador de Italia doctor Mainardo Benardelli, a la directora del Instituto Italiano de Cultura, doctora Erica Berra y al Señor Alcalde de la Ciudad de Guatemala, don Álvaro Arzú Irigoyen por haber entregado al pueblo de Guatemala el gran “Concierto de Primavera”.