Aunque el presidente Otto Pérez Molina propone la discusión de las nuevas rutas para enfrentar el narcotráfico, otros países en el mundo y en algunos estados de Estados Unidos, han legalizado el consumo recreativo de la marihuana. Puede que no sea la droga que más conflictos ocasiona, pero sí es una de las más consumidas y a la que socialmente se le demuestra más tolerancia. ¿La legalización de la marihuana podría ser el punto de partida para la regularización posterior de otras drogas?
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Mientras en Seattle un joven despreocupado enciende un cigarrillo de marihuana con ánimo de celebrar la reciente legalización de la hierba para usos recreativos, en Guatemala un grupo de jóvenes conspira para “forjar” un cigarro con la droga, alerta por si se acerca una patrulla de la Policía.
El intenso olor se percibe en varios ambientes de la ciudad y se cuela entre las calles. Las personas voltean a ver por curiosidad y otros, más conservadores, se indignan; el “aroma”, en muchos sectores trae implícita la palabra delincuencia. Pero la situación es más común de lo que se cree y en el país crece la tolerancia social a la marihuana.
Gustavo* confirmó que en la zona 1 de la ciudad Capital, el menudeo de la marihuana siempre se ha dado; el fenómeno funciona a través de redistribuidores, más conocidos como “pushers” o “dealers”.
Según relata, contrario a lo que sucede con los vendedores de cocaína y crack, con los comerciantes de marihuana sostienen una relación de más contacto con sus clientes, “más personalizada”. “Los pasan adelante a su casa, los invitan a una gaseosa, les preguntan por la familia y todo eso, mientras les preparan su paquetito”, comenta.
Pero al salir de la residencia del “pusher”, para el consumidor la situación es distinta, ya que si la Policía lo detiene con “el producto” en la chaqueta o la bolsa se lo lleva preso, ya que según la Ley, la posesión para el consumo es un delito e implica privación de la libertad.
El artículo 39 de la Ley contra la Narcoactividad señala que “quien para su propio consumo adquiera o posea cualquiera de las drogas a que se refiere esta ley, será sancionado con prisión de cuatro meses a dos años y multa de Q200 a Q10 mil.
La legislación explica que “se entiende que es para su propio consumo, cuando la droga incautada no exceda de la cantidad razonable para el consumo inmediato, siempre que de las demás circunstancias del hecho surja la convicción de que la droga es para uso personal”.
En el Organismo Judicial, las estadísticas del Centro Nacional de Análisis y Documentación (Cenadoj), refieren que en los últimos cinco años 5 mil 468 personas enfrentaron proceso por este ilícito.
La cantidad es bastante alta si se le contrasta con quienes enfrentan proceso por comercio, tráfico y almacenamiento ilícito, de los que se conocieron 1 mil 502 casos.
Las legislaciones permisivas hacia la marihuana, tanto en el sur como en el norte del continente, han provocado una nueva discusión sobre las drogas y su percepción en la sociedad.
MÁS COMÚN DE LO QUE SE CREE
Lo dijo la Secretaría Ejecutiva de la Comisión contra las Adicciones y el Tráfico Ilícito de Drogas (Seccatid): el 49 por ciento de los jóvenes guatemaltecos ha consumido marihuana por lo menos una vez en su vida. Es más común de lo que se cree.
En relación a esto, Marco Antonio Canteo, de Seguridad en Democracia (Sedem), dijo que este tipo de drogas es una de las más socialmente aceptadas y consumidas, “y no recientemente, sino desde muchos años atrás”, ya que está relacionada al movimiento hippie.
Canteo refirió que históricamente uno de los conflictos que se han visto como consecuencia del uso de la marihuana es la desconfianza de la sociedad a los consumidores, pues los asocian con los delincuentes y genera relaciones de desconfianza y percepciones de violencia.
Por otro lado recordó los incidentes donde la Policía detenía a personas con tatuajes o ropa diferente, y al no encontrarle motivos para imputarle delitos, le colocaban maliciosa e intencionalmente marihuana para asociarlo e incriminarlo al ilícito de portación para el consumo.
“Muchos de estos casos fueron falsos y se demostró en los Tribunales de Justicia, y es uno de los principales problemas que suscita, pues abarrota las cárceles y por otro lado, existe una desvalorización social a los que consumen esta droga”, acotó.
Por aparte, Ramón Cadena, de la Comisión Internacional de Juristas (CIJ) criticó que la mayoría de las capturas registradas por narcotráfico, no son los grandes narcotraficantes, sino gente que podría merecer una pena menor y estar fuera de la cárcel, pero generalmente se les criminaliza y se les confina en las prisiones.
“Lo que debería hacer el sistema de justicia es perseguir a los grandes grupos de mafias que comercian con la venta y producción de droga, que son estructuras grandes y poderosas. Mientras que a los que están detenidos por posesión para el consumo habría que buscarles una salida rápida”, indicó
En relación a la propuesta de despenalizar la tenencia y el consumo, que plantea el presidente Otto Pérez Molina, Cadena aseveró que el mandatario aún no ha hecho una propuesta clara al respecto.
“La proposición fue simplemente lanzar una propuesta mediática para desviar la atención de los grandes problemas nacionales, porque todavía hoy no existe una estrategia de cómo despenalizar el consumo de droga”, analizó.
En ese sentido, el analista de Sedem señaló que han considerado que Latinoamérica necesita avanzar hacia un proceso de regularización de la droga, porque el proceso de despenalización solo abarcaría la parte política criminal.
“La regularización implica a revisar aspectos que van desde la política de salud pública y desde seguridad, que nos permita tener una visión más amplia y efectiva donde podamos eliminar algunos focos de violencia, para tratar a los consumidores como enfermos y no necesariamente como criminales”, enfatizó Canteo.
El proceso de regularización de la droga no debe ser un proceso improvisado, sino guiado en base a estudios y análisis, que sea parte de una estrategia global y progresiva, señaló.
UNA PUERTA DE ENTRADA
Las autoridades de Seccatid manifestaron que el consumo de marihuana es una puerta de entrada a otros estupefacientes de mayor dependencia, como la cocaína y el crack, pues los consumidores regularmente quieren experimentan algo más fuerte.
Pero Gustavo, en contradicción a esto, señaló que fumar hierba es mucho más “relajado, social y artístico que otras drogas; se utiliza para disfrutar o producir arte, además de aderezar conversaciones”.
El analista Canteo refirió que muchos otros productos que son nocivos para la salud y no son socialmente mal vistos, como sucede con la marihuana, son el alcohol y el tabaco; no obstante, son más peligrosos, pues tienen un efecto más nocivo en la salud que la propia droga, aseveró.
Por otro lado, Gustavo también destacó que “muchos marihuanos sólo eso consumen, y ni siquiera son bolos ni fuman tabaco”, y a diferencia de lo que se conoce, es más fácil que los que consumen alcohol acepten cocaína, “porque cuando ya se sienten muy ‘tuanis’, se echan un lineazo y a seguir tomando”.
“Pero eso de que sea una ‘droga de puerta (gateway drug)’, como dicen, la verdad es que depende de la personalidad adictiva de la persona. Hay quienes sólo a la marihuana le entran, y otros se meten lo que les pongás enfrente. Depende de la persona; otros, incluso, buscan refugio en la marihuana cuando quieren librarse de yugos como el crack o la coca, porque la mari te tranquiliza…”, puntualiza.
Los analistas consideran que, con la regularización de la marihuana en América, inicia un debate sobre la despenalización de las drogas, que implica ante todo, un análisis con perspectiva de salud social.
*Nombre ficticio
La venta de droga al menudeo se concentra principalmente en la Capital, las zonas 18, 6, 12, y los municipios de Mixco y Villa Nueva, de acuerdo con las investigaciones de Gobernación.
“Antes, muchos la compraban en la Usac (Universidad de San Carlos de Guatemala), pero ahora que se retiró el ‘pusher’ oficial de la U, la mara compra en otros lados”, dijo Gustavo.
Pero en esta actividad, también hay estrategias de venta que buscan proteger a los redistribuidores, según comentó el entrevistado, “tampoco podés ir así de primas a primeras con el vendedor y pedirle, como con cualquier otra droga: tiene que llevarte un cliente habitual y presentarte con el vendedor, o no te venden nada por aquello de que seás un infiltrado, o un oreja”.
Otra modalidad es que, entre varios consumidores, juntan dinero y compran media libra para luego distribuirla entre el grupo, “para evitar esos riesgos de andar cargando poquitos a cada rato y que los pueda parar la Policía”.
La hierba que venden, por lo general, es traída del interior, generalmente del occidente del país. Según los usuarios, la del departamento de Petén, y la del municipio de Cobán son las de mejor calidad.
“Esa es otra razón para la fidelidad al ‘pusher’, por la calidad del producto, porque, por lo general, la consigue siempre donde mismo”, afirmó Gustavo.
LA MÁS RECIENTE APROBACIÓN
Washington y Colorado son los estados con la más reciente aprobación de la marihuana para usos recreativos. En tanto, Massachusetts la aprobó con fines médicos.
Segundos antes de la entrada en vigencia de la normativa que legaliza y regula la tenencia de 28 gramos (una onza) o menos de marihuana entre adultos de más de 21 años, la noche del miércoles 6 de diciembre, una multitud de personas encendían cigarrillos de este droga frente a la Aguja Espacial de Seattle, celebrando que en ese estado, la hierba ahora es legal.
En la actualidad ya son más de 20 los estados de EE. UU., que legalizaron la marihuana médica o que han dejado de encarcelar a quienes son sorprendidos consumiendo o en posesión de pequeñas dosis de drogas.
Ramón Cadena
Comisión Internacional de Juristas