¡Es estructural!


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El tiempo es oro, por cada diez minutos invertidos en pensar, ahorramos una hora de mal actuar.

¿Quién o quiénes son culpables por las dificultades que enfrentamos en Guatemala, en la educación? Esa pregunta, no se pregunta. No nos lleva a ningún lado positivo. El análisis de cuáles son esas dificultades, de dónde nacen y por qué continúan, es más bien lo que tenemos que entender.

Raymond J. Wennier


Cada inicio del año escolar hay dificultad para tener el dinero disponible el 15 de enero para que las escuelas tengan lo que deben proveer a los alumnos, entre otros, la refacción escolar desde el primer día. Sabemos que un niño hambriento no pone atención a una clase académica ni tiene la fuerza para una clase activa físicamente. ¿No deberían recibir un desayuno sustancioso, además de la refacción a media mañana? Al salir de casa, temprano, aún oscuro, ya sean niños de áreas rurales o los que esperan un bus urbano, necesitan una dieta balanceada. Recuerdo cuando daba clases en área marginal en Kansas City, Missouri, hace unos 46 años, que los alumnos de secundaria iniciaban su día con un “twinky and Coke”. Por esta razón, siempre tuvieron problema de atención en los alumnos y eran un reto para los maestros.

El 15 de enero, en Guatemala, no hay dinero depositado y liberado al Ministerio de Educación, para la valija didáctica, material para los maestros, refacción escolar. De estos gastos, los dos primeros son una vez al año, ¿qué hacen para materiales didácticos el resto del año? Otro tópico es la colocación de los textos escolares en los establecimientos, antes del inicio del ciclo escolar.

Veamos la estructura actual de los dos ministerios. Finanzas cierra la contabilidad del  presupuesto en diciembre y no se puede activar sino hasta iniciado el nuevo año. Así, no es posible dar el dinero presupuestado al Mineduc para que ellos puedan iniciar con todo lo necesario el 15 de enero. Simplemente la estructura no les permite ser eficientes.

El acceso a los grados de preprimaria, básicos y vocacional es pobre. Las oportunidades para los niños y jóvenes de esas edades son muy limitadas, lo que  perjudica su ingreso a primer grado, su egreso de sexto grado y la transición al ciclo diversificado, además del problema de la asistencia continua en la primaria. Dejemos de lado hablar de los métodos y estrategias del siglo XXI para la enseñanza, su puesta en práctica en el aula en beneficio de los alumnos. Los problemas que han surgido en relación a esperar más de los maestros en cuanto a su preparación para trabajar educativamente con sus alumnos, son preocupantes.

El pliego de demandas presentado al gobierno ministerial y al central, requiere aún más dinero. ¿Es posible conceder esas peticiones? Las obligaciones son de doble vía, no todo es beneficio ni todo es obligación. El dinero disponible para las reparaciones y reconstrucción de las escuelas puede estar en una cuenta del Mineduc pero no se puede utilizar por los requisitos que la burocracia impone.

Sabemos que es imposible cumplir un calendario de 180 días anuales escolares. La atención y apoyo a los maestros de las escuelas más lejanas del país es lo más necesario y hay que hacerlo posible.

Podríamos anotar más dificultades pero estas dan una idea de lo que necesitamos hacer: Transformar las estructuras para que permitan los cambios urgentes que hagan posible la atención inmediata al inicio del ciclo escolar.