Aspirantes a la Casa Blanca, tomen nota: contrario a la idea de que ser presidente acelera el envejecimiento, un estudio muestra que muchos mandatarios de Estados Unidos de hecho han vivido más que sus pares.
Valiéndose de datos de expectativa de vida de hombres de la misma edad que presidentes en los días en que asumieron el poder, el estudio encontró que 23 de 34 mandatarios que murieron de causas naturales vivieron varios años más de lo esperado.
Los cuatro expresidentes aún vivos ya han vivido más de lo pronosticado, o probablemente lo harán porque tienen buena salud, indicó el estudio.
«El encanecimiento y arrugamiento de la piel vistos en presidentes en funciones son elementos normales del envejecimiento humano», señaló S. Jay Olshansky, autor del estudio e investigador sobre envejecimiento de la Universidad de Illinois en Chicago.
El estrés puede acelerar esos dos signos externos de vejez, y es posible que la tensión en el trabajo haya hecho que algunos presidentes parezcan envejecer rápidamente. Pero el estudio muestra que eso no significa estar condenado a ir a la tumba con anticipación.
«Realmente no sabemos si su cabello se torna más gris o tienen más arrugas que otros hombres de su edad. Pero aún si eso es así, nosotros no morimos debido al cabello gris o las arrugas», dijo Olshansky.
Dado que la mayoría de los 43 hombres que han sido presidentes han ido a la universidad, han sido de familia acaudalada y tenido acceso a los mejores médicos, el hecho de que hayan vivido más no sorprende tanto, agregó.
El estudio se publicará en la edición del miércoles de la revista de la Asociación Médica Estadounidense.
La idea de que los presidentes envejecen rápidamente proviene de la observación casual y de valoraciones más eruditas. Entre los promotores de la idea está el doctor Michael Roizen, presidente del Instituto de la Buena Salud de la Clínica Cleveland y cofundador de RealAge, Inc.
El concepto de «edad real» sugiere que la edad depende en parte a factores de estilo de vida que incluyen estrés y dieta, los cuales mantienen joven a la gente o la envejecen prematuramente. Roizen sostiene la teoría de que los presidentes envejecen dos veces más rápido cuando están en el cargo.
Dijo que el estudio de Olshansky no refuta esa idea y simplemente muestra que «para presentar la candidatura a la presidencia se tiene que tener la tendencia a estar increíblemente sano».
Olshansky defiende sus hallazgos.
Los 34 presidentes que murieron de causas naturales tenían en promedio 73 años al momento del fallecimiento, unos meses menos de la expectativa de vida que él calculó. Pero bajo la teoría de envejecimiento acelerado, su edad de fallecimiento hubiera sido 68, señaló.
Los 23 presidentes que vivieron más que los pronósticos de Olshansky murieron a una edad promedio de 78 años, once después que bajo la teoría de envejecimiento acelerado.
Los cuatro mandatarios que fueron asesinados —Abraham Lincoln, James Garfield, William McKinley y John F. Kennedy— tenían un promedio de 52 años al momento de su muerte.