España es una monarquía parlamentaria, hecho que conlleva que el rey sea el jefe de Estado. Don Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey de España tras la muerte de Francisco Franco, asumió como nieto de Alfonso XIII y por criterio político del gobierno franquista fue en la era moderna primer rey de España y jefe de Estado.

En 1978 la Constitución española suprime los vestigios del gobierno franquista y lo convierte en un monarca parlamentario. Al producirse dentro de las cortes españolas una acción de golpe de Estado en 1981, su actitud de rechazo la hace fracasar, con ello consolida ante la opinión pública española y mundial su figura como un legítimo y adecuado monarca constitucional.

En los 39 años que ha durado su reinado es evidente su popularidad, su excelente personalidad y a través de los diferentes gobiernos de diversas tendencias, la importancia de su presencia que ha fortalecido el desarrollo social y económico de España, evitando crisis políticas, incluyendo el fraccionamiento de las provincias que integran España.

Nadie duda que su reinado sea positivo, que su matrimonio con la princesa Sofía de Grecia haya sido un gran complemento porque la reina es una figura carismática, dulce y bondadosa. A pesar de las vicisitudes que hayan existido en algún momento, el balance de su matrimonio y su relación en conjunto se evalúa y evaluará como positiva.

Al abdicar, Juan Carlos I concluye un reinado que la historia evalúa y evaluará como muy positivo. Según la Constitución española actual, asume su hijo el príncipe de Asturias, Felipe, que naciera en 1968, posterior al nacimiento de sus hermanas Elena y Cristina en 1963 y 1965, respectivamente.

En opinión del rey Juan Carlos I, Felipe es el Borbón mejor formado en la historia para ser rey; será el tiempo y los hechos los que determinarán si esto es cierto. Lo que sin duda alguna no está en duda es que España tendrá un nuevo rey y este es Felipe VI.

En nuestro país un reducido número de guatemaltecos, principalmente por razones de gobierno, han tenido contacto personal con el rey Juan Carlos I, la reina Sofía y más con el príncipe Felipe; siendo mi caso uno de ellos, puedo decir que sin duda alguna la personalidad del rey Juan Carlos I es sumamente carismática, de la reina Sofía confirmo el criterio de su dulce y bondadosa personalidad, especialmente afín a Guatemala a la cual durante repetidas oportunidades ha visitado en acción social.

Con el príncipe Felipe me tocó compartir en más de doce oportunidades en eventos de cambio de mando o de gobierno en Guatemala, España y muchos otros países de América Latina. Su apariencia física lo hace un excelente embajador de España, sin embargo, hasta el momento la personalidad de sus padres es más atractiva. Él mantiene siempre una distancia y aunque en muchas oportunidades por razones de protocolo nos correspondió sentarnos al lado el uno del otro, su comunicación personal es tipo inglés, fría, y por ello menos fluida que la de sus padres. El tiempo y las circunstancias determinarán el resultado de su reinado.

¡Guatemala es primero!