¿Diplomáticos idiotas?


Editorial_LH

Vuelve a salir el caso del expresidente Alfonso Portillo en los medios de comunicación porque se supo que la Fiscalía que le acusa en Nueva York, Estados Unidos, pedirá la pena máxima de 71 meses de prisión para demostrar la importancia que tiene para el país norteamericano la utilización de su sistema financiero para el lavado del asqueroso dinero que, ni más ni menos, ensuciaron los taiwaneses desde el principio.


Sin embargo, lo que llama la atención es que únicamente el expresidente Portillo sigue siendo el sucio corrupto según la mayoría de medios de comunicación, entidades del sector justicia, empresarios y políticos. Nadie ha dicho nada sobre los taiwaneses que han sido la mano corruptora en todos los países de Centroamérica y cuando se habla de ellos es para agradecerles la forma en que han sido con nosotros.

  Pero tal vez somos nosotros los equivocados en este caso.  Puede que haya empresarios que cometen la idiotez de mandar a la SAT el cheque de sus impuestos a nombre del cajero que cobra ese día; o puede que algunos conductores paguen alguna multa de la PMT con cheque a nombre del Alcalde.  Simplemente lo que vemos como idiotez a lo mejor es lo común y nosotros, en esta tribuna, no estamos siendo suficientemente tolerantes para entender que por eso fue que los taiwaneses le mandaron a Portillo el dinero a su nombre.

  Desde nuestra perspectiva los taiwaneses son corruptos o son idiotas porque no hay otra opción ante el procedimiento que se siguió en el ya denunciado soborno que se vio obligado a confesar el único expresidente que fue investigado por sus manejos financieros. ¿Cuántos exmandatarios y exfuncionarios tendrían que declararse culpables si se les investigan sus bien nutridas cuentas bancarias? Pero solo con uno basta para la sociedad.

  Pero continuando con la escogencia entre ser corruptos o idiotas, aun intentando darles el “beneficio” de considerarlos idiotas, nos encontramos con una seria dificultad para creerlo. Porque un idiota no es capaz de tejer la red en la que se soborna a medios, políticos y empresarios de tal manera que se para dando baños de pureza con un agua turbia con tal de voltear a ver al otro lado para que no tengan que comentar el papel de los corruptores.

  Quien mande cheques a nombre del cajero de la SAT, del Alcalde o del Presidente no es un idiota. Es un corrupto y debe también recibir el máximo castigo posible, ese mismo que se le quiere aplicar a Portillo. ¿Hasta cuándo la justicia será tuerta y tendrá una balanza mal calibrada?
   

Minutero
Que tanto cuesta admitir
que los cheques fueron soborno
por más que quieran  mentir
han de sufrir el bochorno