El ejército estadounidense identificó hoy un cadáver hallado a flote en el río í‰ufrates como el de Joseph Anzack, uno de los tres militares norteamericanos secuestrados el 12 de mayo en Irak, donde decenas de personas murieron en nuevos ataques y atentados.
En el Oeste de Irak, la explosión de un carro bomba en medio de una muchedumbre que participaba en un entierro causó al menos 25 muertos en Faluya, según la televisión pública.
Sin embargo, fuentes de los marines destacados en ese ex bastión de la rebelión sunita afirmaron que el atentado causó entre 10 y 15 muertos.
La teniente coronel Josslyn Aberle, portavoz del ejército estadounidense, confirmó que el cuerpo fue identificado como el del soldado Joseph J. Anzack Jr., de 20 años y originario de Torrance (California).
Asimismo, el ejército norteamericano confirmó también la muerte de otros dos de sus hombres, ayer, en el Oeste de Irak, donde está la provincia de Al Anbar, feudo de la insurrección sunita.
Anzack fue secuestrado el 12 de mayo junto al soldado Byron W. Fouty, de 19 años, de Waterford (Michigan), y el caporal Alex R. Jiménez, de 25 años, oriundo de Lawrence (Massachusetts), tras una emboscada contra su patrulla, a 20 km al Oeste de Mahmudiya, al Sur de Bagdad.
En la emboscada, que fue reivindicada por la rama iraquí de Al Qaeda, murieron otros cuatro militares estadounidenses y el soldado iraquí que les servía como intérprete.
La identificación del militar se produjo después de que la policía de la ciudad de Mussayeb, a 55 km al sur de Bagdad, anunciase el miércoles el hallazgo de un cuerpo flotando en el río í‰ufrates, vestido con un uniforme estadounidense y con un tatuaje de inspiración occidental en su brazo derecho.
El cadáver había pasado al menos dos días en el agua y presentaba «numerosas heridas de bala, una de ellas en la nuca», señaló el capital de la policía local, Muthanna Hassan.
El responsable también añadió que el rostro estaba desfigurado por las balas.
Con el hallazgo del cadáver de Anzack ascienden a 88 los militares estadounidenses muertos desde principios de mayo en Irak. En abril murieron 103 soldados de Estados Unidos, con lo que este mes se convirtió en el más mortífero desde la invasión estadounidense de Irak en marzo de 2003.
Al menos 3.436 estadounidenses han fallecido en Irak desde esa fecha, según un balance de la AFP basado en cifras del Pentágono.
Más de 4.000 militares estadounidenses, con la ayuda de 2.000 soldados iraquíes, siguen buscando a sus otros dos compañeros secuestrados, pese a la advertencia de la red terrorista Al Qaida de que pongan fin a esas operaciones.
La búsqueda se concentra en el «triángulo de la muerte», que une las ciudades de Yussufiya, Mahmudiya y Latifiya, al sur de Bagdad. Esa es una región donde la insurrección sunita está arraigada y donde son frecuentes los ataques contra el ejército estadounidense y los chiitas.
El ejército norteamericano ha prometido una recompensa de 200.000 dólares a cambio de cualquier información.
Pese a los numerosos ataques contra militares estadounidenses en Irak, sus secuestros son más raros.
Por otra parte, seis personas murieron en un ataque contra el convoy del alcalde del pueblo de Suleiman Bek, al sur de Kirkuk, la ciudad petrolera del norte de Irak, indicó una fuente de la policía local.
También cerca de Kirkuk, donde los insurgentes atacan regularmente las instalaciones petroleras, uno de los pozos de la ciudad sufrió un atentado, que no causó víctimas.
En el plano político, el primer ministro, Nuri Al Maliki, presentó ante el Parlamento seis candidatos para sustituir a los ministros de la corriente del jefe radical chiita Moqtada Sadr que abandonaron el Ejecutivo hace seis semanas. Los diputados votarán el domingo su investidura.