La primera investigación y por confirmación preliminar de familiares apunta que 3 de las 5 personas masacradas halladas en un carro agrícola de lujo ayer en la colonia Montserrat, zona 4 de Mixco, eran agentes de seguridad privada, mientras uno era tipógrafo.
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Hasta el mediodía hoy, todavía no había sido identificado por ninguna persona el quinto de los cadáveres, un hombre de aproximadamente 40 años de edad, confirmó el comisario Víctor Ruiz, jefe de la División de Investigación Criminal (Dinc).
La Policía y Ministerio Público dio a conocer que los primeros cuatro cuerpos eran Edwin Rolando Sánchez Quezada, de 38 años de edad; Raúl Ortiz Samayoa Hernández, de 32 años; Carlos Humberto Marín Argueta, de 31 y Napoleón Cabrera Xicay, de 30 años.
Se ha investigado mucho desde el viernes y la familia los ha reconocido y han dicho que se desenvolvían en el campo de la seguridad, tres de ellos en discotecas, uno probablemente en Sacatepéquez que podría ser en los negocios de diversión que existen en la Antigua Guatemala, consideró el jefe policial.
«El otro -dicen- era una persona dedicada a los trabajos de impresión, pero un familiar cree que recibió una llamada de un club nocturno y le preguntaron si ya había hecho los volantes, y si no cumplía lo eliminarían» dijo Ruiz, lo que también se investiga.
Todos los fallecidos, probablemente, pudieron ser absorbidos por alguna banda y que hayan conocido sobre actividades ilícitas, pero el extremo está en investigación que podrá ser confirmada o no en los próximos días, aseguró el jefe de la Dinc.
A partir del hallazgo, algunas personas señalaban a los fallecidos como responsables de pertenecer a un grupo de robacarros en la capital, principalmente en La Reformita zona 12; sin embargo eso está descartado porque no hay antecedentes de esa categoría en los archivos de Policía que puedan vincular a las cinco víctimas en esas actividades, agregó Ruiz.
El viernes los vecinos de Montserrat, en el occidente de la capital, se sorprendieron por el sangriento hallazgo y las características violentas que revelaron la ejecución de los hombres, ya que estaban atados de la manos, con cinta adhesiva en los ojos y otras señales consideradas como producto de una masacre.