Cuando empezamos a hablar sobre las diferentes maneras de educar a los niños y jóvenes utilizamos las ideas de los educadores de la época, discutimos acerca de sus ideas, unas generales y otras muy específicas sobre la educación que hoy día está en estilo. Es como cuando los niños leen una página completa de una lectura y al terminar se les pregunta qué entendieron, van a iniciar respondiendo con lo último leído; el principio no está tan presente. Eso significa que la memoria corta de corto plazo, es eso, corta.
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Es bueno regresar a pensar de las ideas de los educadores del siglo pasado para ver cómo se ha influenciado lo que hacemos hoy día. En muchos casos las ideas son las mismas, solamente dichas con otras palabras. Vamos a ver.
William James publicó en 1899, hace más de cien años, un libro titulado “Talks for teachers” (Pláticas a los maestros). Este libro combina la apreciación de lo concreto, manipulación de cosas (hands on) y lo netamente intelectual. Anuncia la evolución de la psicología que celebra la habilidad de la curiosidad en la juventud.
Unas reflexiones de James, apuntan a que los niños necesitan maestros admirables. Para motivar a los alumnos, los maestros tienen que ser interesantes. Para instruir, los maestros tienen que ser habilidosos. ¿Cuál es la base de las habilidades? Asociación, de la cual se hacen conexiones y que demanda atención. El maestro efectivo conecta constantemente su materia de clase a las experiencias y conocimientos previos de los alumnos. James aplaude al maestro “conector”, al “asociador” imaginativo, y al instructor que sabe y aprovecha el momento correcto para el ejemplo correcto.
Siendo pragmático, James no insiste en un solo método de instrucción. Los alumnos no deben estar abrumados con repasos de contenidos repetitivos y monólogos aburridos de los maestros. James insiste en que los alumnos varían en temperamento y que un instructor habilidoso usa técnicas diferentes para atender las diferencias de percepción de los alumnos.
Dirigiéndose a los maestros sobre la preparación de clase, dice James, prepararse a sí mismo y al contenido, tan bien, que siempre van a estar vigentes. Si lo hacen, entonces en el aula, confía en su espontaneidad sin mayor preocupación. James creó el dar retroalimentación a los alumnos, no tenía simpatía por la “maña” extrema de pasar exámenes. Él reconoció que los alumnos son diferentes y que se desarrollan diferentemente. James decía que los maestros tienen que conectar el contenido de la materia a la mente de los alumnos y a la realidad a su alrededor.
James nos habla y nos da un sentido de complejidad del cerebro y desea que investigaciones en el campo de la psicología sean útiles para los maestros en cada materia y en cada grado en la escuela.
Como tradicionalista, James decía que los maestros deben ser talentosos, que sepan el contenido de sus materias y que puedan inculcar buenos hábitos; el maestro debe desear ser virtuoso a los ojos de los alumnos inmaduros. James como progresista, decía que los maestros tienen que dejar participar a los alumnos con su curiosidad nata, interrelacionarse con su mundo material.
El libro “Talks to teachers” es un ejemplo de balance. La forma de educar decía James, es usar la memorización a la vez de la asociación, manipular objetos y a la vez pensar abstractamente, competir pero a la vez colaborar, trabajar en equipo y a la vez esforzarse a solas. Él comentó a un amigo que el libro debe animar a una “flexibilidad de la mente”.
Sugiero a todos, volver a leer el presente escrito, apuntar los conceptos de William James en 1899; ideas educativas para ver cómo se aplican hoy día. Su pensamiento educativo es universal, aplicable a la educación de niños, de jóvenes y adultos. Sobre todo, es actual en cualquier época.
La semana entrante reflexionaremos sobre los pensamientos de otros educadores.