Para que no sigan criminalizándome por escribir acerca de los problemas que vive la población, pregunto por este medio a las autoridades de turno, a quienes usufructúan el poder desde hace 25 años y a quienes se consideran los dueños y patrones de Guatemala, ¿de qué quieren que escriba?
¿Sobre algo que no hiera su aparente y permanente sensibilidad social? ¿No denunciar el continuo latrocinio al erario público? ¿No abordar problemas de falta de medicinas y hospitales en el país? ¿No denunciar la inmisericorde explotación al sector campesino? ¿Avalar el hueveo de los bienes nacionales disfrazándolo como negocio rentable por la venta, arrendamiento, concesión, usufructo del territorio nacional para la explotación de minerales de extracción?
No quieren que escriba acerca del interés político y económico que representa para la oligarquía y burguesía nacional la errática conducción del Ministerio de Educación con su pretendida reforma a los estudios de magisterio, ni que desvele el cierre de carreras técnicas a nivel medio a cambio de la instauración de bachilleratos con orientación.
No debo escribir del mal estado físico, falta de señalización con rótulos, nulo mantenimiento de señales preventivas de las carreteras del país, la nula supervisión de funcionamiento de autobuses extraurbanos, la proliferación de licencias falsas de autorización de rutas; no podré escribir del PÉSIMO estado físico de las instalaciones del Aeropuerto Internacional La Aurora con sus goteras y falta de áreas de espera para la recepción de viajeros que ingresan al país.
No podré decir que la criminalidad sigue campante en Guatemala porque los agentes del orden (hombres y mujeres) son muy susceptibles de cooperar con los delincuentes a cambio de réditos económicos fáciles; no podré decir también, que los grandes empresarios, industriales, agricultores y exportadores burlan sus obligaciones tributarias por medio de distintos modos de compra de funcionarios y empleados públicos.
No podré escribir, comentar ni opinar acerca de quienes se involucran en la actividad comercial no autorizada de la siembra, cosecha, trasiego y venta de hierbas, flores, piedras y polvo considerados como ilegales en el territorio nacional.
Entonces… ¿De qué quieren que escriba? ¿Que es bueno para la salud de los capitalinos tener desde hace más de 50 años un vertedero de basura en el medio de la ciudad?, pero no de la falta de mantenimiento a los colectores, el mal estado de las calles y avenidas, el nulo control del transporte urbano, AUNQUE hay que reconocer que ha habido cambios significativos y positivos para la población, PERO… no son suficientes para la vida sana de los vecinos, en el caso municipal.
En relación al gobierno central, no querrán que escriba acerca del nubarrón permanente y pestilente que se cierne sobre ellos con el manto de la corrupción que los acompaña, porque según los gobernantes de todos los tiempos, la población de Guatemala tiene por nombre ALICIA y gracias a su divina intervención (Dios los puso allí), vivimos en EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS.
Para ser un ciudadano ejemplar en Guatemala debes vivir conforme a las siguientes reglas: 1) Ir a escoger autoridades cada cuatro años por medio del voto, entre los candidatos a puestos públicos impuestos por los partidos, pues no nos permiten elegirlos, 2) obedecer sin discutir, 3) consumir lo más que puedas, 4) no pensar, pues eso te haría razonar, 5) no preocuparte pues nada cambiará, 6) mirar televisión, 7) no cuestiones el sistema, y 8) no cuestiones a tus autoridades, porque todo lo saben y todo lo pueden. Eso es lo que los políticos y dueños del territorio nacional esperan de los guatemaltecos.