En teoría, son dos partidos disparejos. En la práctica, podría pasar cualquier cosa.
Brasil y Chile enfrentan el domingo a Paraguay y Venezuela para decidir los dos últimos semifinalistas de la Copa América. Por antecedentes, brasileños y chilenos deberían ser considerados amplios favoritos.
BUENOS AIRES / Agencia AP
Brasil es el pentacampeón mundial y tiene un equipo que combina veteranos de gran cartel con algunas de las mejores promesas del fútbol mundial. Chile fue sensación en la última Copa Mundial y tiene un conjunto muy equilibrado y agresivo que para muchos es el que mejor lució en la primera ronda.
Paraguay y Venezuela, en cambio, asoman como dos rivales sin demasiado pedigrí, especialmente los venezolanos, el único equipo sudamericano que nunca se clasificó para un Mundial y que hasta hace cuatro años jamás había sobrevivido a la primera ronda de la Copa América.
Estos, no obstante, pueden ser dos casos en los que la teoría y la realidad no coinciden.
Paraguay estuvo a punto de ganarle a Brasil en la fase inicial, cuando dio vuelta un marcador adverso y a medio minuto de que se cumpliese el tiempo reglamentario ganaba 2-1. Brasil se vio desorientado por momentos y empató cuando Fred sacó un gol de la galera casi a los 90 minutos de juego.
Curiosamente, el partido supuestamente más duro fue el que mejor jugó Paraguay en la primera ronda. Los paraguayos avanzaron como uno de los mejores terceros luego de igualar sus tres encuentros.
«Tradicionalmente jugamos bien ante rivales fuertes, nos sentimos cómodos», destacó el técnico de Paraguay Gerardo Martino.
Previamente Brasil había empatado sin goles con Venezuela.
Los brasileños, no obstante, repuntaron en su tercera salida, cuando Robinho —quien había quedado en el banco ante Paraguay tras el fiasco del debut frente a Venezuela— regresó a la alineación y Maicon ocupó el lugar de Dani Alves en el lateral derecho.
Neymar y Alexandre Pato anotaron dos goles cada uno y Brasil goleó 4-2 a Ecuador.
Pero Martino dijo que Paulo Henrique Ganso le inquieta más que el resto, incluido Neymar.
«Para que Neymar no nos preocupe, hay que controlar a Ganso. Me extraña que no lo valoren. Dio todos los pases de gol. No significa que no nos preocupen Neymar, Robinho… Pero él (Ganso) es el que abastece a los que definen. Es muy importante no darle lugar», señaló.
El gran interrogante en la víspera del partido es si Roque Santa Cruz, pieza clave del ataque paraguayo, estará en condiciones de jugar pues padece de una contractura en la cara posterior del muslo derecho.
En Brasil está en duda el zaguero central Thiago Silva, con molestias en el muslo derecho.
Chile, que ganó su grupo con victorias ante Perú y México y un empate frente a Uruguay, continúa de la mano de Claudio Borghi el trabajo que inició con Marcelo Bielsa y que la convirtió en sensación de la Copa Mundial.
Los chilenos salen a llevarse al rival por delante y no le dan respiro. Tienen un mediocampo muy fuerte, que parte a los rivales en dos, y delanteros de la talla de Alexis Sánchez y Humberto Suazo.
Borghi, sin embargo, sabe que no puede confiarse de la falta de pergaminos de Venezuela, que sobrevivió al grupo más fuerte de la primera ronda, en el que terminó segundo tras quedar igualado en puntos con Brasil, ambos con cinco, y relegando a Paraguay el tercer lugar.
«No nos consideramos ni más ni menos que ellos», expresó Borghi. «Han progresado muchísimo».
Chile volverá a echar de menos a su armador Matías Fernández, lesionado, y tampoco estará el volante ofensivo Jean Beausejour, jugador importante en el esquema de Borghi, expulsado ante Perú.
Arturo Vidal, un polifacético volante de contención, ocupará el puesto de Beausejour en el carril izquierdo, y Carlos Carmona lo suplirá en el mediocampo.