“En ninguna otra situación como en el duelo, el dolor producido es TOTAL: es un dolor biológico (duele el cuerpo), psicológico (duele la personalidad), social (duele a la sociedad) y su forma de ser), familiar (nos duele el dolor de otros) y espiritual (duele el alma). En la pérdida de un ser querido duele el pasado, el presente y especialmente el futuro. Toda la vida, en su conjunto, dueleâ€. J. Montoya Carraquilla
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El día lunes un medio de comunicación en una sola página resume la cantidad de muertes que ocurrieron el fin de semana, nueve hombres, una mujer, y la decapitación de un recién nacido, muertes que seguramente nunca serán esclarecidas, y que enlutan a varias familias; es altamente dramático leer este tipo de hechos violentos que se han convertido en el pan nuestro de cada día, mientras que el actual Ministro de Gobernación, y la Comisionada para la Reforma Policial hace tan solo unos días se tiraban los platos, mutuamente, por la falta de efectividad en materia de seguridad, asignatura pendiente en el país, como lo es la desnutrición crónica, la falta de empleo, y otros males más que se considera utópico resolver en el corto plazo.
En este momento alguien está muriendo en manos de cualquier desalmado, sin que su familia lo sepa hasta que un carro fúnebre, con suerte les avise que falleció, si no probablemente sea mediante una fría llamada telefónica, ¿Hasta cuándo dejaremos de leer este tipo de noticias con una total indiferencia? ¿Cuándo se resolverán los problemas más urgentes de nuestra sociedad para evitar el desangramiento en el que vivimos? Nos encontramos ante un sistema totalmente colapsado, en el que se argumenta falta de presupuesto para atender las necesidades más urgentes, pero ¿es cuestión de presupuesto o falta de mística para la labor encomendada? A mí me parece más lo segundo, y me baso en lo siguiente: El Ministerio Público está atado de pies y manos porque el tráfico de influencias, aunado al crimen organizado han penetrado en él, lo cual no permite que aunque llegue el mejor fiscal del mundo haga caminar esa enorme tortuga, casos van casos vienen y en los escritorios se detienen, porque 1) No existe mística de trabajo en la mayoría de los encargados de dicha institución, 2) Porque la ley de la selva se apropió de nuestro país, y algunos casos de alto impacto (no porque impacten a la sociedad sino porque son parte del crimen organizado) son investigados por fiscales que no cuentan con apoyo alguno para realizar su trabajo, es doloroso lo ocurrido al Fiscal de Cobán, ¿por qué no contaba con guardaespaldas, al igual que todos los fiscales que llevan casos de esta índole? 3) La Ley del Ministerio Público le otorga demasiadas atribuciones al MP; esta institución debería conocer solamente los casos más relevantes, no por las personas sino por el impacto de los mismos en la sociedad, y que los casos en que los interesados puedan contar con un abogado especializado el MP no debería formar parte, así no se perderían los casos en los tribunales por falta de pruebas, o por pruebas inconsistentes como sucede hoy.
Tomando en cuenta que el artículo 251 de Constitución Política establece que “El Ministerio Público es una institución auxiliar de la administración pública y de los tribunales con funciones autónomas, cuyos fines principales son velar por el estricto cumplimiento de las leyes del país y ejercer la representación del Estado. Su organización y funcionamiento se regirá por su ley orgánicaâ€. No existe limitante constitucional para que la Ley del MP sea modificada en el sentido antes mencionado.
Tomo como ejemplo de la necesidad sentida del cambio en la ley mencionada el caso del hijo de Amílcar Méndez, que tiene aristas que no se han querido o no se han podido tomar en cuenta para lograr encontrar a los verdaderos culpables de este asesinato del que mucho se ha rumorado sobre el verdadero móvil de la muerte de José Manuel Méndez Dardón, hasta la fecha aún no se ha establecido este hecho sangriento que enluta a una familia, como a tantas en el país.
Ante tan lamentable situación de la Justicia en Guatemala, no solamente en el ámbito judicial, sino que el imperante clima de inseguridad, hambre, falta de empleo, ¿qué hacen Juan y María Pueblo? Salen todos los días sin saber si regresarán a su casa, comen tortillas y frijoles cuando bien les va, no tienen derecho a un salario, y no saben si sus hijos tendrán oportunidad de estudiar, y de comer mañana.
Por lo que da pena ajena observar al Ministro de Gobernación y la Comisionada para la Reforma de la PNC endosándose mutuamente la culpa por el fracaso de los dos, la Comunidad Internacional debería ser más cuidadosa y auditar la forma en que se gastan los recursos donados para una reforma que no se ha concretado en Guatemala, y que es fundamental para el Sistema de Justicia, así como los diputados promover la reforma a la Ley del MP para que el mismo deje en libertad a cada familia de todos los asesinados desde el conflicto armado hasta los asesinatos diarios después del mismo, para que puedan investigar, y acusar a los culpables de tanta muerte, solamente así podremos alcanzar en valor máximo al que aspira una persona LA JUSTICIA.
Y un mensaje al próximo Presidente, solamente transparentando el gasto público se logrará sentar las bases para lograr la equidad y justicia social, evitando más asesinatos por hambre y desnutrición crónica, porque todas esas muertes que jamás serán juzgadas por los tribunales ordinarios son responsabilidad de quienes han ejercido el poder, no más muertes de niños y niñas porque no tienen que comer, no más muertes maternas, no más muertes de madres adolescentes. ¡YA NO QUEREMOS MíS MUERTES SEí‘ORES!, es el grito sordo de todo un pueblo sacrificado desde tiempos inmemoriales.