El pasado 26 de noviembre, La Hora publicó un reportaje acerca de una escuela primaria situada en Spartanburg, en el Estado de Carolina del Sur, en Estados Unidos de Norteamérica. La escuela de nombre Arcadia, atiende a niños que viven en pobreza y el 66% de la población estudiantil, de 420, son hispanos. Además de estos niños, hay de Rusia y de Ucrania. Eso quiere decir que la mayor parte de su población escolar tiene poco conocimiento del idioma inglés.
Los padres de familia, inmigrantes en muchos casos, tampoco tienen la habilidad de hablar y entender el inglés. Además, tienen poca escolaridad formal. Los dos factores, pobreza y la falta del idioma oficial del país, están en contra de los niños desde un principio. En Guatemala, durante la zafra y corte de café, un número apreciable de personas de otras partes de Guatemala, migran a las fincas a trabajar. Los niños y los padres de familia de estos grupos migrantes en Guatemala, en muchos casos no tienen desarrollada la habilidad de entender y hablar el español. Por la situación económica de esas familias, se mueven trabajando en lo que pueden para ganar el sustento diario. Eso quiere decir que están dentro del grupo considerado en pobreza y por consiguiente, con un alto grado de desnutrición también. Mi punto es, ¿qué tipo de seguimiento se da a estos niños en su proceso educativo? En la escuela Arcadia de los Estados Unidos, los niños no inician clases si tienen hambre. Todos reciben un desayuno gratuito y como refacción los niños comen una fruta. El director, Chuck Bagwell, dice: “Hay que satisfacer las necesidades básicas antes de hacerse cargo de la educaciónâ€. “A un niño con hambre no le importa leer ni escribirâ€. En Guatemala hay muchos niños en áreas urbanas y rurales que van hambrientos a la escuela. Se ha discutido por años sobre lo que debe darse en la refacción escolar. Algunas personas y organizaciones, hemos abogado por un buen desayuno para iniciar el día escolar. Ahora se está hablando de la “supertortillaâ€. Sería bueno llegar a una decisión sobre cuál debe ser el desayuno y la refacción. Los estudios técnicos hechos al respecto, indican claramente que el niño debe iniciar el día bien alimentado y no a la mitad del horario escolar. Volviendo a la escuela Arcadia, la barrera del idioma es de dos vías. Los niños no hablan inglés y los maestros no hablan español, menos aún los otros idiomas mencionados. Sin embargo, aprovechan la oportunidad de aprender sobre la diversidad. Ese aprendizaje resulta un beneficio para ambas partes, representa una actitud positiva que hace que todos se involucren en el crecimiento personal. En Guatemala hay un programa de maestros bilingí¼es para atender a los niños que hablan un idioma indígena. Sin embargo, no hay muchos maestros que estén atendiendo a los niños en los más de 20 idiomas que se hablan en el país. Sería por consiguiente una buena oportunidad de enfatizar la diversidad lingí¼ística y como respetarla, indígenas y no indígenas ya que todos somos guatemaltecos. En un ambiente de triunfo en un aula, los maestros de Arcadia demuestran un compromiso total para ayudar a los niños a lograr tal fin. Tanto es así, que los maestros de Arcadia crearon un programa post horario de clases para trabajar más individualmente con los niños. Dentro de esa ayuda, está trabajar con los niños para completar los deberes dejados en clase. Así cuando van a sus casas ya han hecho el repaso de los contenidos del día y han terminado los deberes. Los maestros se aseguran que los niños gocen de buena salud. Médicos y dentistas visitan la escuela para atender a los niños. En Guatemala los maestros salen de una escuela para ir a trabajar a otra; así no es posible establecer programas de ayuda a los niños. Aunque hay escuelas cercanas a los centros de salud, aparentemente no hay una coordinación entre ambos centros para que los niños tengan una atención integral, escolar-salud. Los maestros de Arcadia organizan programas vespertinos para los padres de familia, que responden a sus necesidades. Es una escuela para adultos en su comunidad. Además, una vez al mes, los padres de familia (hombres), con sus hijos, llegan a la escuela para tener diferentes tipos de actividades para divertirse. Esas actividades incluyen un desayuno y charlas para ellos. El señor Bagwell dice que: “Es una oportunidad para que pasen tiempo con sus hijosâ€. De esta manera hay una participación de la comunidad en la educación de sus niños y conocen mejor a los maestros de sus hijos. En Guatemala los maestros tienen que viajar distancias a veces muy largas fuera de su comunidad; la escuela no está abierta a los vecinos de esa comunidad en forma constante. Aún los maestros que sí viven en la misma comunidad no pueden aprovecharla.
¿Cuál es la diferencia entre la escuela primaria Arcadia y las de Guatemala? 1. El liderazgo de los directores y los maestros es de suma importancia. El premio “Maestro 100 puntos†debe ser para miles de maestros que sí tienen el interés de hacer algo diferente, beneficioso para los niños y la comunidad. 2. La misión de cuidar, amar y educar a los niños tiene que demostrarse en la atención a los niños por parte de los directores y maestros. 3. Los niños lograrán el éxito porque llegarían a la escuela sabiendo que se espera que sobresalgan en su esfuerzo. La Excel-encia es estar buscando siempre la manera de lograr metas más altas. Los maestros ayudarán a los niños a lograr el éxito. Y los resultados académicos serán mejores. 4. Que las autoridades del Ministerio de Educación tengan la voluntad de hacer que todas las escuelas tengan la oportunidad de ser creativas en el quehacer escolar con el apoyo de la comunidad.
En resumen, no debería existir ninguna diferencia entre la escuela Arcadia de Spartanburg en Estados Unidos y las escuelas de Guatemala. Nuestros maestros y directores pueden lograr grandes resultados siempre y cuando las autoridades los apoyen y los acompañen en su labor docente.