¿Cómo se sienten Presidente y Vicepresidenta?


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Transcurrida Navidad y Año Nuevo, después de los convivios públicos y privados respectivos y de los muchos regalos intercambiados, se inicia prácticamente en el presente mes, a partir del 14 de enero, el tercero y último año efectivo de gobierno. Es el momento más adecuado para que el binomio presidencial haga su propia evaluación, su análisis de gobierno y de conciencia, para que pondere la capacidad y eficiencia de sus ministros, secretarios y directores.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


El papel, la radio y la televisión, especialmente los campos pagados, aguantan y pueden trasladar que los compromisos del programa de gobierno en buen porcentaje se han logrado, pero en el fuero interior el presidente y la vicepresidenta saben la verdad. ¿Si se postularan de nuevo lograrían ser electos, las perspectivas de su partido, alcaldes, síndicos y concejales merecen ser calificados de austeros, honrados y eficientes? He ahí la pregunta y también el peso que inclina la balanza a favor o en contra. El tercer año es la última oportunidad de corregirse, de enmendarse y así poder romper el hecho que durante el período democrático ningún partido oficial ha logrado la reelección de sus candidatos.

Ningún guatemalteco desea el fracaso porque el país no es propiedad de un gobierno, de un grupo o élite y por consiguiente solo el éxito social y económico puede hacer que nuestra sociedad progrese. Somos un pueblo multiétnico, multicultural y multilingüe y aunque en el mes de diciembre se quemen muchos cuetillos, se adorne de luces y de árboles de navidad, calles, parques y residencias, eso solo es superfluo, tan superfluo como es lanzar miles de miles de quetzales en fuegos artificiales que no duran más que fracciones de segundos.

La austeridad del gobierno, su eficiencia son lo que todo el mundo desea. Excusas sobran, explicaciones también, pero la realidad que viven nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros habitantes en el interior del país, en la periferia de la capital habla por sí sola.

¿Quién se opone al progreso de todos y cada uno de los guatemaltecos? En teoría ninguno, pero en la práctica la falta de oportunidades de trabajo hace que un millón y medio de guatemaltecos hayan inmigrado, que tres millones de chapines vivan y supervivan de las remesas familiares, por ello es tan importante los salarios justos. Un país como el nuestro necesita poderse comparar con los países del Cono Sur, ya no digamos con el norte de América.

La memoria de los guatemaltecos y su conciencia son lo suficientemente desarrollados para evaluar, para comparar el calificativo que merece todo gobierno. El Presidente, la Vicepresidenta y todos los funcionarios electos son objeto de ese análisis y si durante el presente tercer año no se logra reducir la extrema pobreza y la pobreza el gobierno habrá fracasado.

Quién se atreve públicamente a salir a defender a Álvaro Colom si por casualidad se postula como hay algún rumor para ser diputado encabezando el listado nacional, el partido que lo postule recibirá un gran fracaso en el Listado Nacional. Óscar Berger, salvo atorarse de zanahorias, no hace ningún otro ruido, porque si no fuera por la protección que le brindan quienes lo pusieron de gerente tendría que pagar millones de millones por Fegua y responder por sus múltiples hechos en el área del contrabando. ¿Será que el actual Presidente y Vicepresidenta desean ingresar al club de Colom o de Berger o lograrán que un buen número de guatemaltecos los respeten y les reconozcan un liderazgo y una popularidad después de entregar su mandato?
¡Guatemala es primero!