¿Cómo pararán los candidatos el hambre?


roberto-arias

Guatemala, geológicamente, es un territorio en donde existen abundantes recursos naturales como para alimentar a su población actual multiplicada por tres. Si no fuera así­, no podrí­a ser uno de los mayores exportadores de café y azúcar del mundo. Guatemala ocupa el quinto lugar del planeta en la exportación de esos dos rubros. Sin embargo, en Guatemala alrededor de 3 de sus casi 14 millones de habitantes padecen hambre. Cabe mencionar las cantidades de personas que, en los grandes centros urbanos, comen en circunstancias “muy económicas” y que permanecen en condiciones subalimentadas.

Roberto Arias

 


En la capital de Guatemala pueden verse diariamente en la calle, entre imponentes edificios de la “ciudad del futuro”, a uniformadas secretarias de entidades bancarias y otras empresas que manejan mucho dinero en las zonas 4, 9, 10, 13, 14 y 15, buscando comida en los puestos y carretas que abundan en las esquinas, que ofrecen chorizos o pedazos de pellejo asado con tortilla al costo de Q8.00 cada una, porque no les alcanza para pagar una comida decente con los salarios que pagan algunos acaudalados patronos. Según estudios publicados, en Guatemala, una de cada dos personas (51%) vive en el borde o umbral de la pobreza y el 16% en la pobreza extrema.
     
      De acuerdo a un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el hambre es en primera instancia un problema de falta de ingresos, pues la comida nunca escasea en Guatemala para quien puede pagarla. El problema es que la mayorí­a de las personas sobreviven con menos del salario mí­nimo legal, que en 2008 era inferior a 1,500 quetzales. Ese mismo año, la canasta básica de alimentos costaba unos 1,900 quetzales. Es decir, el salario mí­nimo está en 400 quetzales por debajo de lo que se necesita para subsistir, y mucho más alejado aún de la canasta básica vital, calculada en unos 3,400 quetzales. La mayorí­a de los trabajadores agrí­colas no llegan siquiera a percibir este salario mí­nimo. Y el aumento del precio de los alimentos desde 2007 ha agravado la situación para la mayorí­a de los hogares, que destinan en promedio el 66% de sus ingresos a alimentarse.
      En su Art. 1, la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional de Guatemala dice: Toda persona tiene derecho a tener acceso fí­sico, económico y social, oportuna y permanentemente, a una alimentación adecuada en cantidad y calidad, con pertinencia cultural, preferiblemente de origen nacional, así­ como a su adecuado aprovechamiento biológico, para mantener una vida saludable y activa.
     
      Señores candidatos, para su conocimiento, Guatemala dispone de uno de los marcos institucionales más avanzados en  cuanto a la seguridad alimentaria y nutricional. En 1988 el Estado guatemalteco reconoció formalmente el derecho a la alimentación, al adherirse al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y asumió la obligación legal de respetarlo y protegerlo. Esto significa que toda discriminación en el acceso a alimentos o a los medios para conseguirlos podrí­a dar lugar a una acción ante la justicia (nacional o internacionalmente). Pero las instituciones han sido penetradas por la corrupción y la impunidad.
     
      ¿Qué harán para parar el hambre en Guatemala, candidatos? ¿O se alinearán con la corrupción y la impunidad? Guatemala necesita respuestas de inmediato. ¿Tienen capacidad de respuesta candidatos? Los lectores esperan.