¡Cómo hacerlo!


raimundo-j-wennier

El presente siglo tiene muchas demandas educativas que requieren ampliar los conocimientos, que no son pocos, que los alumnos tienen que aprender. Además, las formas, maneras, estrategias, que los maestros tienen que implementar para lograr que esos conocimientos se arraiguen con la seguridad de que los alumnos podrán aplicarlos en situaciones nuevas en el futuro.

Raymond J. Wennier


La heurística (investigación) y la creación de nuevos conocimientos, requieren saber cómo seleccionar los más importantes y de utilidad a la persona para realizar sus tareas. Ese saber escoger, según una evaluación, el valor de ser utilizado, es realmente una habilidad. Hace cincuenta años el currículo de secundaria incluía en cuarto curso, el estudio de 14 materias. En quinto curso eran 12 materias que incluían una práctica docente supervisada y la elaboración de una tesis en un tema de pedagogía o psicología. Sí señores, estoy hablando de la carrera de magisterio en ese entonces. Traigo eso a luz porque con tantos cursos, los maestros enseñaron información, conocimientos que fueron estables, sin mayor cambio. Sin embargo, hoy día la cantidad de información es enorme y sufre un cambio cada quince a dieciocho meses. Créanme, la tecnología y la competencia comercial producen nuevos aparatos dentro de ese lapso de tiempo. Los jóvenes pueden enumerar lo que han visto en su corta vida. La sociedad también está evolucionando y hay cambios en sus valores y en las maneras de hacer las cosas. Quiere decir que la habilidad de adaptación del ser humano es mucho más relevante que hace unos años. No voy a analizar si son buenos o no; muchos de ellos tienen repercusiones tremendas, como por ejemplo, el tema de la familia y sus valores, lo que significaba años atrás en comparación a hoy día.

Las habilidades no son contenidos de información; generalmente ni siquiera son mencionadas dentro de las metas de enseñanza, que resultan únicamente las categorías más elementales, como proceso en el aula (información-actividad-pregunta-respuesta única) y mucho menos profundizarlas, según las categorías más altas de pensamiento de Bloom.

Muchos autores y grupos de educadores han puesto mucho énfasis es sus trabajos, las habilidades necesarias para funcionar bien en la segunda década del presente siglo. Durante y después de esta década, habrá que ajustar las actuaciones de los maestros y sus alumnos en su quehacer en el aula. En un cursillo que impartí presenté una lista que contenía sesenta y seis habilidades que son requeridas para el buen desenvolvimiento ahora y en el futuro próximo.

El doctor Howard Gardner menciona como las más importantes, según él, el pensamiento innovador, la conciencia cultural, un cerebro disciplinado, sintetizador, creador, respetuoso, ético, la escala de Bloom y el “HOT” (habilidades más altas de pensamiento). Si analizamos esa lista, no encontramos ningún contenido de información, más bien, cómo manejarla y los conocimientos para llegar a hacerlas propias y arraigadas.

El señor Bill Gates menciona las habilidades de interpretación, interacción, y la dirección interna (“locus of control”) que en neurología sería “corteza ínsula” que está involucrada con las interacciones sociales; interactúa con el lóbulo frontal para responder al sexto sentido, “gut feeling”.

El distrito escolar de Needham, Boston, Estados Unidos, divide las habilidades requeridas en tres categorías. La primera es en relación al estudiante en lo personal, luego en relación a la metacognición y la tercera, las habilidades académicas. Además, la corteza prefrontal (PFC), el sitio de las funciones ejecutivas, desarrolla las habilidades que los jóvenes tienen que manejar en el siglo XXI, como por ejemplo: 1. La habilidad de tener juicio cuando los jóvenes están en un grupo, toman riesgos peligrosos que estando solos, no tomarían. 2. Aprender a planificar con anticipación y metas claras. 3. Enfoque, atención y concentración o sea “flow” en lo que hacen. 4. Razonamiento moral. 5. Reflexivos y no reactivos (pensar antes de actuar). La lista es más larga, sin embargo, las habilidades indicadas les dan la idea de que no son contenidos sino habilidades lo necesario para manejar correctamente los contenidos y así sacar el mayor provecho de su experiencia educativa.

Hoy día hablamos tanto de educar al estudiante completo que hay varios conceptos para ese término. Uno de ellos, son las estrategias para usar lo multisensorial con los estudiantes. La planificación de los mismos catedráticos tiene que estar hecha de tal forma que demuestre, modele, cómo se utilizan las habilidades en sus clases. Cada nivel de la educación formal tiene sus estrategias específicas para poner en práctica las estrategias multisensoriales con sus alumnos. Es bien sabido que una forma de explicar lo multisensorial, es la siguiente: Cuando leo, recuerdo el 10%; cuando escucho, recuerdo el 20%; Cuando veo, recuerdo el 30%; cuando hablo, recuerdo el 40%; cuando hago, recuerdo el 50%. Cuando veo, escucho, hablo y hago, recuerdo el 90%.

La realización de todo lo expuesto anteriormente, necesita tiempo para que los catedráticos planifiquen cómo usar e implementar las habilidades con los estudiantes de magisterio. La ejercitación de las habilidades en tiempo real, en contexto, es esencial para arraigarlas para su uso automático en el futuro. Por lo tanto, no se puede recargar el pensum con demasiadas materias ni recargarlas con demasiado contenido si quieren hacer valer la tendencia educativa mundial y que Guatemala avance al ritmo que avanza el mundo.

Digo, de nuevo, que es urgente para que los estudiantes puedan funcionar bien en esta década y en la entrante, hacer énfasis en la enseñanza y práctica de las habilidades, más que impartir un montón de información (contenido), desarticulada. Aquí es imprescindible la habilidad de saber escoger información y conocimiento de lo que es necesario incluir en el pensum de magisterio para que nuestros maestros sean mentores en este siglo.

¡Piénsenlo!