En la actualidad existe gente que busca una relación de pareja y que al parecer no suelen encontrarla de manera fácil. Pareciera que existe un desacierto en tanto al desarrollo y la vivencia de una relación afectiva con alguien más. Ello ocurre tanto en hombres como en mujeres, que se encuentran ilusionados y enamorados del amor, o que posiblemente consideran que tienen que dar ese paso que muchos comentan como ideal y bueno. Pero que la realidad no les provoca tanto, dicen decir, que desean una pareja, pero no tienen el tiempo, algunos no se sienten atractivos y con su proceder desaniman a los demás. Se han vuelto, tal vez, remilgosos ante la posibilidad de entablar con alguien un mínimo vínculo.
Son muchas las preguntas ante esta discusión, así como las posibilidades de respuesta. En la víspera de la celebración del Día del Cariño y del amor, esta situación late su tristeza y expresa su inconformidad. Hay relaciones que no se establecen en tanto a los afectos y si por conveniencias sociales y económicas. Pero también es cierto que muchos de los resultados expuestos dentro de relaciones que se han iniciado con alto grado de atracción, deseo y afecto. No aseguran que se manifiesten de esta manera en el trascurso del pasar del tiempo. Las personas expresan que necesitan encontrar a su pareja ideal, pero ese ideal puede llegar a tener tantos requisitos, que posiblemente ningún ser humano de carne y hueso, alcance a cumplirlos.
El amor ha sido preconizado para la gente joven y bella, y la belleza encuentra dificultades para su definición. El primer punto de partida para la elección de pareja lo constituye la atracción que ejerce una persona sobre otra, que se manifiesta por una sonrisa, la lucidez de una mirada, escalofríos o “mariposas” internas. Pero después de ese momento si no existe algo más porque estar allí, la atracción pasa. De manera contraria personas que no se gustaron en un principio al tratarse se van deseando de manera lenta y espontánea.
No tengo mucha experiencia con el trabajo de personas no videntes. Pero considero que estas podrían tener ventaja en tanto a la elección de pareja. Porque ellas no se ven limitadas a estereotipos que condicionan lo que la belleza puede ser, porque logran mirar más allá de los ojos. Sus sentidos les hacen percibir la verdadera realidad de ese ser que se presenta ante sus vidas. Oyen su voz, escuchan lo que dice, perciben su ser con cada sensación y sentido. Es posible que logren ver al amor desde su corazón, ya que los ojos no lo permiten. Y este a mi considerar, consiste en el fondo de la verdadera belleza.
Mario Benedetti, tiene un cuento que se llama la Noche de los feos, en el cual dos personas con deformaciones faciales y quienes se observan marginadas y rechazadas en el mundo, hacen contacto e inician una relación sentimental tratando de negar sus repugnantes verdades dentro de la oscuridad de la noche. Pero al final del cuento, al amanecer, ellos habían podido reconocer quienes eran, se percibieron el uno al otro, sintiéndose felices. Con lo cual terminan aceptando y no eludiendo lo que con anterioridad les parecía repugnante.
Es una realidad que el amor no es solo para la gente joven, aunque se mire con rareza las expresiones de afecto y deseo en una pareja que ya no ostenta las características físicas de la juventud. A toda edad se necesita amar y sentirse amado por alguien de manera íntima. Aunque hay personas que prefieren omitir este dilema en sus vidas. Por experiencias anteriores propias o ajenas, porque han encontrado maneras de sublimar este deseo encaminando sus vidas a la realización de determinadas acciones o con el involucramiento en diferentes actividades.
Y hay quienes también ostentan una historia de mayor tristeza, se encuentran acompañados, poseen pareja, pero se sienten en soledad.