El día de hoy, en el matutino Prensa Libre se hizo pública la denuncia hacia los miembros de la Policía Nacional Civil que deben “resguardar el orden e integridad de los bienes de los habitantes de Guatemala†(Artículo 9 de la Ley de la Policía Nacional Civil) que están apostados a lo largo de la carretera que de ciudad Guatemala conduce a la frontera con México vía la costa sur y viceversa.
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Pero la denuncia no es precisamente una felicitación meritoria, consiste en la acusación directa de la comisión de delitos (extorsión, chantaje, coacción, intimidación entre otros) amparados en el supuesto “cumplimiento de su deberâ€; lo cual lejos de ser así, los convierte en una organización paralela de ladrones uniformados con investidura oficial que les permite actuar con toda la impunidad del caso para lograr sus fines.
Qué lamentable que estos agentes policiales sean la muestra pública de un buen número de policías que hacen lo mismo en todas las carreteras del país; he ahí el porqué del desencanto de la población con el ejercicio de la administración pública; no hay, no se les cimentó, ni siquiera se les dio una medio “barnizadita†en materia de valores éticos y morales a los que hoy por hoy actúan como ladrones uniformados.
Quienes sabemos un poco de materia de seguridad, por haber participado en diferentes proyectos educativos para la institución policial, entendemos que “no todo está podrido en Dinamarcaâ€, que hay agentes policiales dignos y probos, decentes y honestos, que al igual que la población se sienten ofendidos cuando sus compañeros emputecen su trabajo.
¿Para quién o quiénes trabajan estos grupos paralelos de poder enquistados en la administración pública? ¿Para ellos mismos? ¿Con el aval de las autoridades policiales y ministeriales? ¿O, es la recolección oficial de fondos para los programas sociales del actual gobierno? Las autoridades policiales DEBEN DAR UNA EXPLICACIí“N PíšBLICA respecto a la denuncia
relacionada.
Desde ya, ambos candidatos presidenciales están en la obligación de conformar un verdadero equipo de trabajo en materia de seguridad ciudadana, es decir, seguridad pública; integrado con personas que Sí SABEN de la materia, alejados de los grupos de presión política disfrazados de sociedad civil que sólo han servido para entorpecer los planes técnicos para la verdadera transformación de la entidad policial.
LA POLICíA NACIONAL CIVIL DEBE Y PUEDE RESCATARSE con el trabajo correcto de personas técnicas y/o especializadas en el tema policial; YA NO el arribo a la institución de políticos legos e inútiles, YA NO compadrazgos ni pago de deudas políticas en esa institución. Sí a la aplicación real y pronta del Reglamento Disciplinario de la Policía Nacional Civil para beneficio de la población guatemalteca, misma que no desea pagarles el sueldo a los ladrones uniformados denunciados. SEí‘ORES CANDIDATOS: al estilo de la Paquita, la del Barrio: ¡Sí, a ti te estoy hablando!