¡Alegrón de burro!


Eduardo_Villatoro

¡Vaya, hombre! ¡Ahora hay motivos para levantar el ánimo!, me dije a solas la reciente mañana que me enteré de que el Presidente y el Ministro de Comunicaciones habían inaugurado los trabajos de ampliación de la carretera  entre Ayutla y Cocales, con una longitud de 143 kilómetros.

Eduardo Villatoro


Pero sólo fue alegrón de burro, porque Prensa Libre, diario que no es opositor sistemático al Gobierno, en su editorial de ayer le restó méritos a ese proyecto al señalar medulares puntos negativos, puesto que no es una construcción total, sino parcial; porque de los cuatro carriles dos ya están construidos; no se utilizará pavimento; que es lo correcto; las obras públicas “siempre cuestan más de lo que se dice”, por razones que cualquier avispado lector comprenderá fácilmente; se deben agregar gastos indirectos, y menciona otros factores que me bajaron de la nube en que me posaba junto con  el cantautor Cornelio Reyna.

   Para contribuir a apearme de un sopapo del efímero optimismo que me alentó la información vial, confirmé una noticia que había leído en La Hora la tarde anterior, referida a que sólo 380, sí, 380 viviendas se han construido de las 2,300 casas tipo Baldetti que la misma Vicepresidenta había anunciado  cuando se iniciaron los trabajos de reconstrucción en San Marcos, después del terremoto del 7 de noviembre de 2012

   El leve retraso en la ejecución del proyecto habitacional, que incluye la edificación de casas de 36 metros cuadrados ¡imagínese usted! y que debería haber finalizado en estos días, no es para que los marquenses víctimas del sismo se desesperen, porque el Presidente anunció que “Para Nochebuena ya estarán terminados los trabajos”; pero reconoció que “Pudieran haber algunos retrasos” en las casas que construye el Fondo de Desarrollo Social porque no cuenta con recursos.

   Esa otra demora, empero, tampoco debe descorazonar a los marquenses que aprovecharán los aguaceros para bañarse cotidianamente y lavar sus ropas de vestir y los trastos de cocina más a menudo, porque para entonces, en pleno jolgorio navideño, el Ministerio de Finanzas ya habrá depositado “La plata que necesitamos” y por eso “Hemos replanteado un nuevo plazo para terminar la reconstrucción”, según alentadoras palabras del jovial Jorge Mario Hurtarte, coordinador del proceso, quien despreocupadamente dijo que si el plazo para edificar viviendas es incierto, el de la infraestructura es peor, porque no es hasta ahora que se iniciaron reparaciones menores en 41 escuelas y “Está por empezar la remodelación de otras 93” .

   El risueño señor Hurtarte admitió con inusitada franqueza que mucho lo honra, que “Se desconoce cuándo comenzará la reconstrucción de 325 edificios escolares que afrontaron daños mayores”; pero sin abandonar su buen genio justificó que “Estas son obras más grandes y posiblemente nos lleve más tiempo”. Para ser más radiante añadió con amable gesto “Todavía hacemos evaluaciones, escuela por escuela”, y para que los pacientes y esperanzadores habitantes de San Marcos se percaten que en estos proyectos no hay favoritismos, puntualizó que también está pendiente la construcción de nuevas cárceles, aunque ni siquiera se han determinado los terrenos donde serán erigidos esos centros de rehabilitación social, cultural, deportiva y erótica.

   (Me contó el reportero Romualdo Tishudo que don Jorge Mario no se inmuta, como algunas pesimistas familias marquenses, puesto que  entusiastamente precisó: –“Sabemos que pueden haber retrasos; pero, ni modo, vamos a tratar de correr”. ¡Esa, nigua, colocho!).