¿Cuántas páginas en los diarios, cuántas horas en los medios radiales y televisivos se utilizaron para evitar masivamente accidentes de tránsito, para prevenir incendios o quemaduras de guatemaltecos en la utilización de fuegos pirotécnicos? Muy pocas. Nos sobran los dedos de la mano para hacer el conteo y si recopilamos lo realizado a través del tiempo obtendremos muy pobres resultados sin caer con ello en exageración. Pero así somos los chapines y peores sus gobiernos. Esta actividad no atrae electores o simpatías al encaramado de turno y por ello no ven más allá de sus narices.
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Una amable oyente de mi programa radial dominical me contó que con su esposo habían dispuesto el año pasado que en vez de utilizar el dinero que antes se gastaban en cohetes para los tres hijos (cientos de quetzales por cierto) se habían ido a meter a una librería para comprar papel bond, cuadernos, lápices, crayones y tantas cosas más que cajoneramente son pedidos dentro del largo listado de útiles que les piden los establecimientos escolares al iniciar el ciclo lectivo los primeros días del mes entrante. Con lo caro que está todo, no solo disfrutaron más de la compañía de su familia en Nochebuena, sino que rebajaron la pena y ansiedad que produce el cuantioso gasto anual de los papás.
Las cifras no mienten. Los medios de comunicación destacaron la cantidad de muertos y en accidentes ocurridos en Nochebuena y Navidad. Para los malos políticos esos son solo números y no seres humanos damnificados. Poco les importa los daños y perjuicios que traen consigo para sus respectivas familias y para la sociedad. ¿Llegamos a ser tan insensibles que eso ya no merece darle una mínima importancia? Insisto y repito que los accidentes no son casuales sino causados. Que sin excepción alguna pueden prevenirse si se eliminan o evitan los actos y condiciones peligrosas. ¿Qué cuesta entonces lanzar cada año durante los meses previos a las fiestas navideñas y de fin de año una campaña masiva de corte educativa y preventiva para crear conciencia dentro de la población de que es mejor evitarlos a tener que pagar las consecuencias?
Entre Nochebuena y Año Nuevo la situación se torna mucho más difícil para evitar accidentes, porque equivocadamente en el ánimo de los guatemaltecos priva que las fiestas que despiden al año viejo y le dan la bienvenida al nuevo hay que gastarse hasta lo que no se tiene, lo que provoca que las condiciones se incrementan para darse buenas comilonas, como que la embriaguez es la solución adecuada para quitarse el stress y preparar buen ánimo para iniciar el año con todo entusiasmo. Nada más falso y mentiroso. El mes que viene se caracteriza precisamente en saber enfrentar con mayor sabiduría el buen manejo de las finanzas, cosa contraria a lo que nos tienen acostumbrados nuestros derrochadores gobiernos.