Los huracanes Gustav e Ike dejaron 5 mil millones de dólares en pérdidas a Cuba por la destrucción de casas, cultivos e infraestructura económica, social y de energía, según un informe oficial preliminar divulgado ayer.
La acción de los dos ciclones, que dejaron siete muertos y obligaron a la evacuación de 3,2 millones de personas, es la «más devastadora en la historia de los huracanes en Cuba», subrayó el reporte difundido por la televisión local.
El gobierno señaló que «no hubo en uno u otro evento territorio alguno que escapara de sus amenazas e impacto», pero decidió no declarar «zonas de desastre».
«Evaluaciones muy preliminares de los daños acaecidos en los menos de diez días que impactaron el territorio nacional ambos huracanes cifran las pérdidas en alrededor de 5 mil millones de dólares», subrayó la nota.
Más de 444 mil casas fueron dañadas, 63.249 derrumbadas totalmente y el resto con pérdidas de techo y otras averías. Más de 200 mil personas estarán sin vivienda «por un tiempo», advirtió el reporte.
«El país ha sido devastado en su infraestructura económica, social y habitacional como nunca antes (…) Es el tipo de problema más complejo» pues requiere de inversiones «verdaderamente millonarias», subrayó el informe.
Unas 40 mil toneladas de azúcar deben ser reprocesadas porque se mojaron, cientos de miles de hectáreas de caña resultaron afectadas; al igual que todas las áreas de café en la región oriental, y se perdió la cosecha en las zonas más productoras.
Gustav, con categoría 4 en la escala de máximo 5, cruzó Cuba el 30 de agosto por la provincia de Pinar del Río y la Isla de la Juventud, en el oeste.
Diez días después Ike entró con fuerza tres y atravesó la isla -del 7 al 9 de septiembre-, de este a oeste en su ruta al Golfo de México y Texas, golpeando con mayor saña a las orientales Holguín, Las Tunas y Camagí¼ey.
Solo en el oeste 55.700 hectáreas de cultivo están afectados, 4.355 toneladas de alimentos en almacenes y bodegas; 3.414 casas de tabaco destruidas y 1.590 afectadas, así como más de 800 toneladas de tabaco.
Los ciclones dañaron cientos de hospitales y otras instalaciones de la salud, así como más de 1 mil centros educativos, y derribaron cientos de torres de energía y miles de postes de electricidad.
Las pérdidas no tienen precedentes en Cuba, pues en noviembre 2001 el huracán Michelle dejó pérdidas de 1.800 millones de dólares; y en julio de 2005 Dennis, el más mortífero de las últimas cuatro décadas con 16 muertos, provocó más 1.400 millones de dólares en daños.
Cuba está recibiendo aviones con toneladas de ayuda humanitaria de la ONU, España, Brasil, Ecuador y Rusia, pero rechazó de Estados Unidos una donación de 5 millones de dólares y un equipo de expertos para evaluar los daños, por considerarlo «cínico» e «inaceptable» de un país que mantiene en su contra un embargo desde 1962.