Humedal de Palo Verde se llena de aves, pese a la sequí­a


El Parque Nacional Palo Verde padece de sequí­a, pero su biodiversidad no se perdió. FOTO LA HORA: AFP MAYELA Lí“PEZ

El sol comienza a asomarse detrás de las bajas montañas de la provincia de Guanacaste, 240 km al norte de San José, y conforme sus rayos calientan esta tierra seca, aumentan los cantos de los miles de pájaros que poco a poco despiertan en el Parque Nacional Palo Verde, el mayor humedal de Centroamérica.


El parque nacional se encuentra en la provincia de Guanacaste. FOTO LA HORA: AFP MAYELA Lí“PEZUn pizote, parte de la biodiversidad. FOTO LA HORA: AFP MAYELA Lí“PEZ

Con una extensión de cerca de 17 mil hectáreas, este humedal estacional que protege una porción del rí­o Tempisque se convierte en enero y febrero, durante la época seca, en el mayor santuario de Centroamérica para aves que buscan un lugar seguro donde anidar y alimentarse.

Unas 279 especies de aves censadas acuden a este parque, entre las que destacan el jaribú, el ave acuática más grande de la región que se encuentra en peligro de extinción en Costa Rica, ibis, jacanas, halcones, garzas, espátulas, patos y caracaras.

También pueden observarse venados, saí­nos, mapaches y pizotes que son algunos de los animales más numerosos en el área, explica el guardaparques Eliécer Noguera.

«Palo Verde es un humedal «Sitio Ramsar», de importancia internacional por sus concentraciones de aves acuáticas que empiezan a darse en la época seca en los sectores de «Palo Verde» y «Las Catalinas», a mediados del mes de febrero», señala Noguera.

Este Parque Nacional está incluido en la lista de la Convención sobre los Humedales (Ramsar, Irán, 1971), tratado intergubernamental que incorpora los compromisos de sus paí­ses miembros a mantener el carácter ecológico de los humedales de importancia internacional y su uso sostenible.

La rica diversidad biológica de Palo Verde se debe a la presencia de unos 15 hábitats que se crean por la topografí­a y las condiciones de los suelos, incluyendo el drenaje, el rebalse de los rí­os y el efecto de las mareas.

Entre estos hábitats existen lagunas y pantanos salobres y de agua dulce, los zacatonales con mangle salado, los manglares, los pastizales con chumico de palo o raspaguacal, los bosques achaparrados de bajura, los bosques mixtos deciduos de arboladas, los bosques anegados y los bosques siempreverdes.

Tanto el parque como sus alrededores poseen numerosos atractivos y los turistas que se acercan a este lugar pueden «realizar el recorrido por el Rí­o Tempisque, en diciembre, para observar cocodrilos, y a la Isla de Pájaros, que es un sitio de anidación», situados ambos a orillas de Palo Verde, recuerda Noguera.

El fenómeno climático de «El Niño» ocasionó una disminución importante en las lluvias en 2009 y, por consiguiente, una baja en el nivel de agua del humedal de Palo Verde.

Y aunque esto ha repercutido de forma negativa en la cantidad de aves y su tiempo de estadí­a en el humedal, miles de pájaros siguen visitando este santuario natural.

Costa Rica cuenta con una treintena de parques nacionales y reservas naturales que ocupan el 25% del territorio y recogen el 4% de la biodiversidad mundial.