Humanidades, una facultad en crisis


Las evidencias de la crisis en la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos, son múltiples. En primer lugar, el mismo concepto de Humanidades se ha perdido de vista en el ir y venir de las modificaciones curriculares, en las que ha pesado más la moda y la coyuntura polí­tica que los intereses culturales y académicos de la Universidad y de la sociedad, especialmente en las carreras que sirve el Departamento de Pedagogí­a. Con dar un simple vistazo al pensum de dichas carreras podemos notar lo alejadas que están de proporcionar al estudiante una formación en Humanidades. Y no es que esté en contra de las nuevas tendencias relacionadas con la Administración, la Didáctica, la Ecologí­a, los Derechos Humanos y las concepciones pluriculturales y de género; pero la base de estas tendencias sólo la proporcionan los estudios clásicos que en el ámbito de la Filosofí­a encuentran su más profunda expresión.

Milton Alfredo Torres Valenzuela

Hace una semana me referí­a a la tiraní­a de la Pedagogí­a, a través de los decanos que ha impuesto, gracias fundamentalmente al manipuleo politiquero de las Secciones departamentales y cómo la historia está a punto de repetirse cuando el Consejo Superior Universitario, arrebatadamente, ha propiciado las elecciones para Decano en un lapso totalmente imprudente y antidemocrático, como siempre, haciendo prevalecer los intereses polí­ticos sobre los académicos, culturales y democráticos. La crisis también se evidencia en estos procesos electorales (o electoreros) que no abren posibilidades reales a todos los sectores de la Facultad, propiciando el imperio de los intereses personales, tanto de coordinadores departamentales como de profesores y estudiantes que, para salvar su incapacidad, tienen necesariamente que plegarse a los cí­rculos de poder, sin tomar en cuenta, ni por un momento, la dignidad personal ni de la institución a la que pertenecen y a la única a la que deben fidelidad.

Los Departamentos que hemos permanecido a la sombra del gran elefante blanco constituido por el departamento de Pedagogí­a, tenemos que resignarnos, por el momento, a presenciar una vez más el gran montaje fraudulento, evidencia más radical de la crisis facultativa, no sin la esperanza, cada vez más real y cercana, de la separación, es decir, de la independencia y libertad necesaria para el cultivo de las más genuinas y responsables Humanidades dentro de la Universidad de San Carlos.

Continuará.