El izquierdista Ollanta Humala juró hoy como presidente constitucional de la república de Perú, y empeñó su palabra de dedicar toda su energía a borrar la exclusión social y la pobreza en el país.
Humala juró el cargo que desempeñará por los próximos cinco años por la Constitución de 1979, pese a la constitución vigente es la de 1993, creada durante el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), actualmente encarcelado por violaciones a los derechos humanos y corrupción.
El hecho generó la protesta bulliciosa de los congresistas del partido de Fujimori que corearon «dimisión», «dimisión», lo que empañó el momento en que Humala recibía de manos del presidente del legislativo Daniel Abugattás, la banda presidencial.
«Declaro ante el congreso, ante los presidentes amigos aquí reunidos y ante el pueblo peruano que fiel al mandato de las urnas y en pleno respeto al estado de derecho, dedicaré mi energía a sentar las bases para que borremos definitivamente de nuestra historia el lacerante rostro de la exclusión y la pobreza construyendo un Perú para todos», dijo Humala en sus primeras palabras como mandatario.
Minutos antes había jurado por la patria ejercer «fielmente» el cargo de presidente de la república, «que defenderé la soberanía nacional, el orden constitucional y la integridad física y moral de la república y sus instituciones democráticas, honrando el espíritu los principios y los valores y la constitución de 1979».
Ante las protestas opositoras por haber jurado por una constitución anterior, los partidarios de Humala elevaron sus voces en apoyo a su líder coreando «sí se pudo», y «Ollanta presidente».
Al acto de transmisión asistieron los presidentes de Argentina, Cristina Fernández; de Brasil, Bolivia, Dilma Rousseff; de Chile, Sebastián Piñera; Colombia, Juan Manuel Santos, y Uruguay, José Mujica, además de príncipe Felipe de Borbón, representantes de organismos internacionales y miembros del Cuerpo Diplomático acreditado en Perú.
Humala tomó juramento a sus vicepresidentes, Omar Chehade y Marisol Espinoza, quienes también juraron por la constitución de 1979, generando más protestas y desorden de la bancada fujimorista.
A la ceremonia de transmisión del mando no asistió el presidente saliente Alan García, quien decidió entregar la banda presidencial en Palacio de Gobierno y despedirse allí de sus ministros y allegados, contrariando la tradición peruana de acudir al legislativo y pronunciar allí un mensaje de despedida.
Durante su campaña electoral, Humala planteó en su plan de gobierno la necesidad de un cambio de la Constitución de 1993, pero ante las suspicacias que ello generó, luego dijo que solo se haría con el consenso del parlamento.
El ex teniente coronel del ejército, de 49 años, hace cinco años cuando postuló por primera vez a la presidencia sin éxito, generó mucho temor por su postura radical en contra del modelo neoliberal, que ha estado vigente en Perú desde los años 90, y a las simpatías expresadas entonces por el presidente venezolano Hugo Chávez.
Pero en su campaña electoral en 2011, Humala moderó su lenguaje y discurso y optó por identificarse con el ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a la vez que aseguró que no interrumpirá el crecimiento económico de Perú.
En su discurso inaugural como presidente, prometió que su administración será «un gobierno para todos» .
«Nuestra voluntad no es la de copiar modelos… (sino) construir un camino propio, un modelo peruano de crecimiento con estabilidad, de democracia e inclusión social. Tomaremos como ejemplo lo bueno de otras experiencias», aseguró.
Garantizó que su gobierno consolidará el «crecimiento sano de la economía» y que respetará «las reglas fiscales».
«Hoy ante ustedes ratifico este juramento, quiero que vean en mí a un verdadero soldado de la república, a un celoso guardián del estado de derecho, y a un defensor de los derechos humanos y de la libertad de prensa y expresión», sostuvo.
Anunció que a partir de agosto el sueldo mínimo de 600 soles (218 dólares) será incrementado en 75 soles (27 dólares) a partir de agosto, y en otros 75 soles a partir del 2012, con lo cual cumplirá una de sus principales promesas electorales.
Asimismo, dijo que su anunciado programa de pensiones para los mayores de 65 años será implementado de forma inmediata, hasta llegar a cubrir gradualmente los 800 distritos más pobres de Perú.
En cuanto a su ofrecimiento de reducir el precio del cilindro de gas doméstico, dijo que su gobierno implementará acciones para que se reduzca significativamente su precio «sin introducir deformaciones en el mercado ni fomentar el contrabando».
En un mensaje dirigido a las empresas mineras, dijo que éstas, luego de haber obtenido «ganancias extraordinarias» por la coyuntura internacional de aumento de precios de los minerales, deben contribuir al esfuerzo nacional de combatir la pobreza.
Les garantizó que «los contratos serán respetados», y expresó su confianza en que las negociaciones que abrirá con ellas redunden en una «significativa contribución» que beneficie a todo el país.
«No vengo en son de guerra sino en son de paz, sin venganza sin rencor», expresó.
«A los que aún persisten en el encono les pido que bajen sus espadas y sus lanzas y a los que demandan salarios y derechos les digo que no bajen su bandera pero que sepan que todo cambio para ser sostenible debe ser gradual y racional», dijo al finalizar su mensaje.