Hoy como ayer «los acarreos»


Aun cuando los escenarios son distintos, después de varias décadas se volvió a la práctica del acarreo de «simpatizantes» con el Gobierno de turno, así­ como con la presencia, también masiva, de los «opositores».

José Antonio Garcí­a Urrea

Lo recuerdo, por dí­ceres de mi papá, que durante la campaña presidencial de los generales Lázaro Chacón y Jorge Ubico, ganó el primero, se ofrecí­a, por una parte, una libra de frijol y una libra de azúcar y por la otra, una libra de arroz y una de sal. No habí­a acarreos. Más adelante, de lo que si me acuerdo, es que durante el gobierno del doctor Arévalo, un domingo si y otro intermedio, habí­a nutridas manifestaciones, con gente local. Por una parte los antiarevalistas, y por la otra los pro arevalistas. El punto de reunión era la Plazuela del Ferrocarril, 18 calle y 10a. avenida, hoy zona 1. 18 calle, 6a. avenida, parque Central. Cuando la cabeza de cada una, ya habí­a llegado al Parque, la cola aún no se habí­a movido de la Plazuela del Ferrocarril.

En esos dí­as el doctor Arévalo calificó a sus oponentes de «cangrejos» y «babas de araña, y dijo que los sindicatos iban a «barrer la 6a. avenida», algo peligroso por lo confrontativo. Así­ transcurrieron los seis años de su gobierno, entre manifestaciones, conatos de complots, suspensión de garantí­as a cada poco. Terminó su perí­odo.

Años más tarde, después del malogrado gobierno del coronel Arbenz, empezaron los acarreos de «simpatizantes» en camiones, porque no habí­a muchos buses ni avionetas, se dio en llamarlos «ganado humano», con las consiguientes crí­ticas. Ya en ese entonces también se obligaba a los empleados públicos a hacer patente su apoyo el Gobierno. Pero hubo un remanso por razón de que los gobiernos civiles han sido un poco estables y las inconformidades no han llevado la sangre al rí­o, como se dice. Esta vez, por las razones conocidas han vuelto las protestas masivas, las protestas para que renuncie el presidente Colom (¿?), sin ponerse a pensar en la situación de atraso que eso representa para el paí­s. Afortunadamente hay un sector fuerte que se pronuncia porque todo se resuelva conforme a la ley.

Pero lo que no está correcto, ya se ha señalado, es que se retorne al acarreo de simpatizantes, pues es una práctica que trae ingratos recuerdos y porque como es sabido, unos vienen por la paga, se dice que esta vez no la hubo, otros por los almuerzos que les sirven y otros más, por venir a conocer la capital, de gratis. No se niega que también vengan simpatizantes, pero el solo hecho de que se traigan ya le resta credibilidad.

Reiterando, la situación en ese sentido, además es delicada y requiere de mucho tino para manejarla por las dos partes. Sin embargo, aquí­, quién sabe por qué causa, cuando han surgido problemas casi similares, éstos, como los huracanes cobran fuerza, pero llega un momento en que se desvanecen y todo vuelve a la calma. Es de esperarse que esta vez suceda igual.

íTEM MíS: En el programa sabatino Sábado Gigante, serí­a bueno que don Francisco tuviera una caja de pañuelos Kleenex, para los momentos emotivos. No tengo computadora ni Internet.